El Ayuntamiento de Culleredo duplicará la oferta de huertos urbanos. El Concello habilitará en el Jardín Botánico de O Burgo entre 25 y 30 terrenos de cultivo antes de febrero, cuando se prevé la siguiente plantación. Estos nuevos huertos se sumarán a los 25 situados en Villa Melania, en Vilaboa.

Los usuarios de los nuevos huertos serán elegidos, igual que los de Villa Melania, a través de un sorteo. Los requisitos serán también los mismos: los interesados deberán estar empadronados en Culleredo y no podrán tener otro huerto. Igual que para los cultivadores de Vilaboa, la utilización de la tierra será gratuita.

El Ayuntamiento pretende con la habilitación de nuevos huertos atender a la demanda que despertaron los de Vilaboa. El jefe del servicio municipal de Formación, Empleo y Promoción Económica, Carlos Traviesas, asegura que hay muchos vecinos interesados y que la experiencia ha sido "una experiencia muy exitosa". Traviesas apunta que implantarán los nuevos terrenos en una localidad distinta para ofrecer la posibilidad de disfrutar de ellos a vecinos de otras zonas del municipio.

Los seleccionados en el sorteo recibirán, igual que sus predecesores en la iniciativa, un curso de formación previa antes de acceder al cultivo en el terreno. Después, cada uno elige la modalidad de cultivo y los productos que quiere cosechar. La condición es que el cultivo sea ecológico y no se utilicen pesticidas ni productos químicos. Y que los productos no se destinen a obtener beneficio económico. En Villa Melania se encuentran desde tomates, judías o lechugas hasta plantas aromáticas, algunas para atraer insectos y evitar que se coman otros vegetales.

El responsable de Formación, Empleo y Promoción Económica explica que, además del cultivo, el proyecto pretende reunir y fomentar el intercambio de experiencias entre vecinos de todas las edades. Por eso al repartir los huertos se respeta la misma proporción de usuarios de hasta 35 años, de entre 35 y 60 y de 60 en adelante. "No puede ser algo solo para jubilados. Aquí los mayores que tienen nociones de agricultura dialogan con los jóvenes que se informan a través de internet", asegura Traviesas, y señala que los usuarios "han ido aprendiendo de la experiencia".

"Yo nací en la aldea, en Vila de Cruces, y ya sabía algo. Aunque te marches, siempre te queda lo que viste de niña", asegura Carmen Sánchez, que trabaja uno de los 25 huertos urbanos de Vilaboa desde que arrancó el proyecto. "Lo vi en prensa y oí que se iba a hacer y me apeteció. Me dije: 'Esta es la mía'", recuerda Sánchez.

En el huerto que trabaja esta usuaria crecen productos como guisantes, tirabeques, tomates, pimientos, cebollas, espinacas, pepinos, tomates o calabacines. "Cultivo de todo", resume Sánchez, y asegura: "Me gustan las plantas y me gusta cultivar; me divierte". El huerto brinda a Sánchez, además de entretenimiento, mucha comida. "Somos cuatro en casa y no somos capaces de comer todas las lechugas que salen", asegura Sánchez junto al huerto.

Esta cultivadora explica que dispone de flexibilidad horaria para dedicar al huerto porque es ama de casa. Las profesiones de los usuarios son tan variadas como los cultivos. "Aquí hay desde un médico hasta enfermeras, un arquitecto o estudiantes", explica el jefe de Formación, Empleo y Promoción Económica del Concello, Carlos Traviesas.

La distribución y el modo de trabajar la tierra varía también de un espacio a otro. "Hay huertos en llano, en bancal... Cada uno escoge cómo trabaja y todos aprenden de los fallos del principio".