La Dirección Xeral de Patrimonio ha impuesto una serie de condiciones a los promotores de un proyecto urbanístico que recoge la construcción de varias viviendas en la parcela de la antigua discoteca de Baroke. Entre otras, que se conserve la fachada de este céntrico edificio modernista que, además de la discoteca, albergó el Consistorio y una sala de fiestas conocida como Salón Moderno.

Los propietarios del ámbito deberán respetar además el área de protección de la capilla San Roque y adaptar el diseño del edificio a la estética del entorno, según explicó ayer el alcalde, Ernesto Anido. "No solo deberán conservar la fachada, también las características de la zona donde está ubicado", precisó.

El regidor explicó que el proyecto inicial obligaría a derribar el edificio y obtuvo un "dictamen desfavorable" de Patrimonio. Los promotores presentaron una segunda propuesta, que también ha merecido alguna advertencia, aunque todavía no hay un dictamen definitivo. "Tienen que hacer otro proyecto que se ajuste al entorno", explicó ayer Anido a consulta de este diario.

El alcalde aseguró ayer que el edificio se incluirá en un catálogo de inmuebles protegidos en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) para garantizar su conservación. El regidor respondía así al BNG, que presentó una moción en el último pleno para catalogación los edificios modernistas del Salón Moderno, una casa en la calle Oriente y otra fachada emblemática, de 1920, en la avenida da Mariña. La misma propuesta que presentaron durante el anterior mandato y que fracasó por falta de apoyo de la oposición. El alcalde asegura que su protección ya se establecerá en el PGOM, aunque su socio, Ramón Rodríguez Ares, se mostraba recientemente reacio a catalogar el Moderno. Uno de los propietarios del este edificio evitó ayer hacer declaraciones al ser consultado sobre el proyecto y las condiciones impuestas. "Solo pedimos a Patrimonio que informe de lo que podemos hacer ahí, pero todavía no hay nada definitivo", declaró.