Las fusiones de ayuntamientos ya sonaban, y con fuerza, durante el pasado siglo en la comarca de Betanzos. Es más, no es la primera vez que Oza dos Ríos amaga con anexionarse a otro ayuntamiento; una parte de su población ya realizó un primera intentona antes del estallido de la primera Guerra Civil, según recoge el historiador Manuel Fiaño Sánchez en su estudio Proyectos de agrupación de municipios de Betanzos alrededor del siglo XX que publica el Anuario Brigantino 2011, que se presentó ayer en Betanzos.

En aquella ocasión, la iniciativa partió de los vecinos de la parroquia de Santa Cruz de Mondoi, que hartos de pertenecer a Oza dos Ríos decidieron segregarse y unir su futuro al de la Ciudad de los Caballeros, cabecera comarcal y lugar de trabajo y ocio de varios de los residentes en la zona. Lo intentaron en 1933 y el asunto quedó sobre la mesa. La iniciativa se debatió de nuevo en 1961 y Oza la rechazó, al considerar que mermaría de forma considerable sus ingresos.

Precisamente ahora ha sido Oza, tras el germen de esa anexión frustrada, la que ha abierto la espita de las fusiones en la comarca de As Mariñas. La Ciudad de los Caballeros, que ahora no parece dispuesta a mover ficha, rubricó hace un siglo varios acuerdos de fusión con Coirós y Paderne que prosperaron y hasta se publicaron en el Boletín Oficial de la Provincia pero que, paradójicamente, no movieron ni un ápice sus fronteras.

En un detallado estudio, Manuel Fiaño Sánchez, vecino de Coirós, repasa esos primeros pasos para reestructurar el mapa de As Mariñas y que en sus primeros pasos partieron de los vecinos. Al amparo del Estatuto Municipal de Calvo Sotelo, que ya establecía la posible agrupación forzosa de municipios, los vecinos de Armea, San Salvador de Colantres y San Xulián solicitaron la alianza con Betanzos apelando a razones como la cercanía, el ahorro, la fuerza y hasta la lucha contra el caciquismo. Ambos concellos aprobaron en pleno el expediente de fusión en 1926. Pese al acuerdo, el asunto no volvió a debatirse hasta 1934 y entonces Betanzos dio marcha atrás. En la antesala de la Guerra Civil, la Ciudad de los Caballeros alcanza un acuerdo de anexión con Paderne que aprueba en 1942 es expuesto al público el Boletín Oficial de la Provincia. La alianza tampoco dio sus frutos. Ya en el umbral de la década de los sesenta, en 1959, fue Betanzos quien intentó cumplir lo acordado. Curiosamente entonces fueron Coirós y Paderne los que consideraron que no era el momento, a pesar del dictamen favorable de la Diputación. La fusión fue a pleno en ambos municipios, pero no prosperó. Años después, en 1967, fue el Servizo Provincial de Inspección e Asesoramiento el que desaconsejó la alianza por la deficitaria situación económica de Betanzos, frente a la más satisfactoria de Coirós y Paderne.

Las dudas aumentan y Paderne se atrinchera en un no rotundo. Hasta el punto que su alcalde, Francisco Bonome, remitió una carta al Jefe del Estado, Francisco Franco para solicitar que no se lleve a cabo la anexión. La misiva la suscribían 1.227 vecinos y advertía de que el proceso supondría "la muerte y desaparición" del pueblo. El miedo ante la "situación económica angustiosa" de Betanzos llevó Coirós y Paderne a cerrar sus fronteras. El Ministerio de Gobernación les dio la razón. No era el momento de hablar de fusiones.

La crisis ha traído de vuelta este antiguo debate. Oza y Cesuras han dado el paso, pero no sin protestas. Para el autor de este estudio la situación urge a encarar de nuevo este debate.