"Cuando era alcalde, un día me llegó una carta de los alumnos del instituto Isaac Díaz Pardo. Fue cuando me enteré de qué era la cortaderia, no tenía ni idea. Ellos, por un trabajo de clase, me advertían de la peligrosidad de la planta. Entonces empecé a leer sobre ella y luego ya mandé eliminar las que había en el puerto. Hizo falta una pala para arrancarlas", relata el exregidor de Sada, Abel López Soto, que ayer llevó a pleno una iniciativa relacionada con esta planta exótica invasora y que se aprobó por unanimidad: que el alcalde Ernesto Anido plantee en el Consorcio As Mariñas y también en la Xunta la necesidad de "actuar conjuntamente en su erradicación".

La presencia del plumero, plumacho, penacho, hierba de la Pampa, carrizo de la Pampa o cortaderia selloana, que son algunos de sus nombres, es ya un problema en el área metropolitana al multiplicarse exponencialmente su silenciosa pero implacable presencia en los últimos tres años en las cunetas, en parcelas sin construir y en jardines. Ahora mismo es más visible porque está en plena floración.

"Donde nace la cortaderia no crecen ni las zarzas", advierte Fins Eirexas de la asociación ecologista Adega, que advierte de que esta planta está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y está prohibida su introducción en el medio natural. La propia Consellería de Medio Ambiente advierte en su página web de que es "una de las veinte especies exóticas invasoras más dañinas presentes en España".

El Bloque de Sada advierte de que los plumachos han invadido hasta la zona del humedal de As Brañas, con una rica biodiversidad que se ve así amenazada. Pero en Oleiros el problema ya ha alcanzado proporciones importantes. Existen auténticos campos de cortaderia en zonas como el polígono comercial de Iñás o la zona de Canide.

El alcalde, Ángel García Seoane, inició una guerra contra esta especie invasora hace más de un mes e incluso emitió un bando municipal que obliga a los vecinos a eliminarla de sus propiedades.

Varias brigadas del área de Servicios del Concello de Oleiros ya han eliminado cortaderias de siete parcelas municipales en Canide y seguirán con los trabajos de erradicación en todas las zonas públicas.

"Que no nos obliguen a multar a nadie", rogó Seoane, quien ayer contó que incluso ha visto florecer un plumacho en el tejado de una casa en As Galeras. García Seoane incluso ha aconsejado en varias ocasiones cómo eliminar esta planta: primer se cortan los plumachos que son los que propagan las semillas y luego hay que arrancar las raíces o abrasarlas con "insecticida".

"La cortaderia entró por la AP-9, Autopistas fue quien la introdujo. Ahora la eliminó las medianas pero saltó para las cunetas y las fincas al borde de la autopista. La Xunta debería haber obligado a que Autopistas las eliminase como responsable de su propagación", manifestó Fins Eirexas.

Este responsable de Adega recomienda a los concellos que primero informen y sensibilicen, también para prevenir; y luego vayan a por la erradicación solicitando ayuda a entidades ecologistas con experiencia en su erradicación como Adega, además de solicitar la colaboración ciudadana.

"Algunos utilizan herbicidas como el glifosato, con el que desbrozan en las autopistas, es muy efectivo pero peligroso por la vía acuática y tarda en degenerar. Además puedes matar otras especies", advierte Eirexas.

Se llama cortaderia porque sus hojas son cortantes y durísimas y ningún animal la come. Cada planta femenina (las hay hermafroditas) produce una inflorescencia con miles de semillas que gracias a sus finos pelos vuelan hasta los 25 kilómetros de distancia, en rápida propagación.

Esta planta originaria de América del Sur tiene un crecimiento muy rápido. Arrancar sus largas y fuertes raíces, en el caso de una planta adulta, es imposible sin ayuda de maquinaria. Si se deja un trozo de raíz en el suelo, también surgirá de ahí otra planta. Es un enemigo casi indestructible pero además mata, extingue plantas autóctonas y especies y termina causando pérdidas económicas en agricultura y en el sector forestal.

La inflorescencia blanca o ligeramente purpúrea donde están las simientes, con su aspecto tan etéreo y plumoso, ha sido otra de sus armas pues su bello aspecto ayudó a que fuese utilizada como planta ornamental en los jardines. Hace años no era extraño ver a gente cortándola en las autopistas para hacer un ramo y decorar el hogar.