No será un adiós. Solo un hasta luego. El veterano exregidor de Sada, Ramón Rodríguez Ares (PDSP), agota sus últimos días como primer teniente de alcalde tras ser condenado el pasado 12 de junio a una pena de inhabilitación por desobediencia. Han tenido que pasar cinco meses para que el alcalde le abra la puerta. Y Ares no se resiste. Se encoge de hombros y sonríe con una expresión resignada que trae a la mente la muletilla de su último lema de campaña. ¡Es lo que hay!

Se irá después del pleno que dé cuenta de su incompatibilidad, pero volverá a presentarse como candidato en 2015. "Por supuesto", afirma tajante. Ya lo dice su lema, Moncho es mucho y por lo visto, le queda cuerda para rato. "Yo ya me fui y regresé, no tengo ningún problema", recuerda el hombre que empuñó el bastón de mando durante casi 30 años. Y lanza ya un aviso a navegantes. "Hay que darles a los del Bloque, que no se piensen...", bromeaba ayer.

Sin amargura, el exregidor encara una marcha que ha estado precedida de un largo y rocambolesco preludio. El alcalde, Ernesto Anido, ha convocado la comisión informativa para dar cuenta de su dimisión y cumplir así la ley electoral, que establece que una pena de inhabilitación, aunque no sea firme, es incompatible con el cargo. La comisión será el próximo lunes a las 10.00 horas. Curiosamente, el asunto a tratar es exactamente el mismo que el del pleno de septiembre, solicitado por el BNG y en el que el PP y PDSP votaron en contra del cese por no tener "constancia oficial" de una sentencia que Moncho admitió abiertamente desde el principio y que el propio alcalde confirmaba el día después de que trascendiese a los medios, el pasado 20 de julio.

Rodríguez Ares no se pronuncia sobre esta demora. "Yo esperé a que me dijesen lo que tenía que hacer", responde. Lo mismo que lleva diciendo los últimos meses. El alcalde, que presume de haber sido quien ha marcado los tiempos, rehusó explicar por qué no llamó antes a las puertas de su socio para pedirle testimonio de la sentencia. Anido sostiene que limitó a "cumplir estrictamente con la legalidad" y mantiene que hizo lo que le recomendaba el secretario municipal, aunque no aclara si fue el funcionario quien le desaconsejó pedirle el fallo a su socio y, en su lugar, recurrir hasta dos veces al juzgado.

Para la oposición, los motivos de este "culebrón" -en palabras del BNG-, fueron "estrictamente electorales". PSOE y Bloque exigen al alcalde que explique por qué esperó a que pasasen las elecciones autonómicas para destituir al exregidor.

Los nacionalistas acusan al alcalde de jalonar este proceso con "declaraciones contradictorias e infantiles" y "dilatar intencionadamente la salida de Moncho" alentando "una confusión mediática" que culmina ahora "con un final predecible y esperado". "El BNG ya dijo desde el principio que había dos salidas posibles, la dimisión del concejal penado o que el pleno tomase conocimiento de la incompatibilidad", recordaba ayer la agrupación que lidera Abel López Soto que responsabiliza al alcalde de esta tardanza, ya que tenía "la facultad exclusiva para destituirlo".

La integración, en el aire

El PP elude pronunciarse sobre la posible integración del PDSP en el partido tras la marcha de Ares. Tampoco sobre la reorganización del Gobierno local con la entrada de José Agra Bruno, si es que éste acepta. El secretario general del PP en A Coruña, Diego Calvo, sostenía recientemente que la integración del PDSP "no es urgente". "Ya se verá", decía. Para Moncho parece que tampoco. El exmandatario se va satisfecho de haber logrado su principal objetivo, que no gobernase el BNG. Para ello, accedió a cederle el bastón al candidato de la tercera fuerza, Ernesto Anido, dejando a un lado sus diferencias de campaña. Su ahora socio, que de aquellas mantenía que la mochila de Moncho "pesaba mucho" podría ser de nuevo su rival en 2015.