La polémica empezó hace tres meses y estalló el fin de semana. Un grupo de cuarenta padres del municipio de Zas, descontentos con el modo en que el cura impartía la catequesis, decidió trasmitir por su cuenta la doctrina católica a los pequeños en un bajo del Ayuntamiento. No querían armar revuelo, aseguran; tan solo mostrar su descontento hacía una metodología que no comparten y que empezó a emplearse coincidiendo con la llegada de unas monjas a la parroquia. Los progenitores se oponían, entre otras cosas, a la decisión del párroco de segregar a niños y niñas e impartirles unas enseñanzas que, en su opinión, "nada tienen que ver con el catolicismo".

Su decisión corrió como la pólvora de parroquia en parroquia. Y los curas del entorno no tardaron en plasmar su rúbrica en un manifiesto en defensa de don Severo, el cura de Zas. El revuelo alcanzó incluso al Arzobispado de Santiago, y Julián Barrio en persona dio orden al arcipreste de zona, el cura de Laxe, de que ningún párroco administrase los sacramentos a estos niños. Al menos, de eso informó ayer el coordinador de la pastoral del Arciprestazgo de Soneira, Daniel Turnés, que medió en la polémica. En su opinión, estos padres están cometiendo una "injusticia tremenda" y sostiene que dicen "auténticas falsedades" y que "sus argumentos se caen por su propio peso".

El coordinador sospecha que "lo que hay de fondo es una vendetta política" orquestada por el PP y el antiguo sacristán, "que tenía celos porque se siente desplazado por las monjas". Estas religiosas, arguye, "eran superqueridas en Camariñas y ahora parece que pasan a ser el diablo en Zas". En cuanto a esta catequesis paralela impartida por los padres, este representante eclesiástico se mostraba ayer irónico.

"Me imagino que utilizarán de libro de consultas el nuevo libro de Aznar... Ese no es el catecismo de la Iglesia, no sé si es el de Elvis Presley o el de Nuevas Generaciones...".

Los padres, sorprendidos por este revuelo, mantienen que ellos no quieren que se vaya el cura; solo que no están de acuerdo con "las formas". Solo quieren, recalcan, que el catecismo se imparta "como se hizo toda la vida".