Diez años después del accidente del Prestige que asoló de chapapote las playas de A Costa da Morte continúan desarrollándose curiosas iniciativas en la zona que recuerdan la catástrofe, como la Papaventos 13N que ayer tenía lugar en la playa fisterrán de O Rostro. Un artista mallorquín, Martí Monjo, quiso aportar su grano de arena y rendir su particular homenaje a todos los voluntarios que trabajaron en la limpieza de la zona haciendo volar cometas negras diseñadas por él mismo en el arenal.

Y a pesar de que las condiciones meteorológicas no eran las más adecuadas porque apenas hacía viento, después de dos horas de espera consiguieron hacer un ensayo, según explicó el propio artista. La iniciativa volverá a repetirse entre finales de febrero y principios de marzo en otra playa de la comarca, que de momento no está elegida y su promotor confía en que las condiciones meteorológicas sean más favorables.

Otros arenales que se barajan son los de Coído, en Muxía, convertido en su día en la zona cero del accidente del Prestige, o el de Traba de Laxe, donde se llevó a cabo una gran cadena humana, en la que se inspiró Martí Monjo para su Papaventos 13N. El artista consiguió reunir ayer en Fisterra a ochenta personas llegadas de diferentes puntos de Galicia e incluso de fuera para hacer volar 45 cometas de 1,20 metros cuadrados cada una. Su color negro simula el chapapote del Prestige y el arte de hacerlas volar recuerda el duro trabajo que realizaron los voluntarios limpiando el fuel que asoló todas las playas de la comarca, según explica Monjo.

El material de las cometas también recuerda al petrolero, ya que son de poliéster, un derivado del petróleo, por lo que ayer en la playa de O Rostro volvía a la memoria de todos la marea negra que la castigaba hace diez años.