Los colectivos contrarios a la mina de Corcoesto y vecinos críticos con este proyecto mostraron ayer su "máxima indignación" por la autorización de la Xunta para el permiso de investigación denominado Julia 2, para que la misma empresa promotora del yacimiento estudie si hay más oro en la zona, y ya anunciaron nuevas movilizaciones contra los planes de Mineira de Corcoesto.

La Plataforma en Defensa de Corcoesto denunció que de materializarse el nuevo proyecto afectará "de lleno" a las parroquias de Cereo y Valenza, que también mostraron su rechazo al yacimiento aurífero de Corcoesto. Además, en la parroquia de Valenza está prevista la construcción de una escombrera para los residuos de la mina de Corcoesto, de ahí que el impacto sea mucho mayor.

La vicepresidenta de la Asociación de Vecinos de Cereo, Fina Pose, afirmó ayer que la mitad de las viviendas de esta parroquia y la práctica totalidad de las de Valenza "estarán afectadas" por las nuevas previsiones de la empresa, a las que mostró su rechazo frontal. Además, expresó su "sorpresa total" por la autorización de la Xunta, ya que, según admitió, en la zona no se sabía nada de estos nuevos planes. La representante vecinal reconoció que todavía están asimilando esta noticia para empezar a tomar medidas. El próximo domingo habrá una primera reunión informativa y también presentarán alegaciones al proyecto durante los treinta días que está expuesto al público.

El portavoz de la plataforma de Corcoesto, Braulio Amaro, se expresó en términos similares y criticó la actitud de la Xunta por la autorización del nuevo estudio, que, en su opinión, "será lo que cave su propia fosa" debido al rechazo que ya despierta el yacimiento de Corcoesto. Amaro también lamentó que la Administración autonómica no les diese ninguna información sobre las concesiones mineras, a pesar de haberla solicitado en varias ocasiones, ya que sospechan que puedan estar caducadas.

Braulio Amaro aseguró que con la nueva autorización "empieza otra historia" y vaticina que todavía tendrá una mayor oposición debido al rechazo que ya muestra el proyecto actual. Además, mostró su preocupación por la superficie que ocupará, más de 600 hectáreas, que equivalen a otros tantos campos de fútbol, sumado a las 700 que ocupará el yacimiento de Corcoesto. La nueva autorización afecta a una parte de Ponteceso y Cabana.