Con "ilusión" y "agradecido a los vecinos". González Cacheiro toma el mando del recién nacido Oza-Cesuras convencido de su futuro. Toca, dice, empezar de cero.

-Lleva solo dos años en política y capitanea la primera fusión gallega en 45 años. ¿Asustado?

-Algo de miedo da, pero tienes que pensar para lo que estás y si es lo mejor, tirar para adelante.

-¿De quién partió la iniciativa de la fusión?

-De la crisis. De ver cómo van mermando cada día las ayudas. Hoy en día los ayuntamientos tienen que hacer un esfuerzo grandísimo. Y muchos servicios cuesta mantenerlos. Se nos planteó la idea de la fusión y la vendimos como producto.

-¿Y quién la planteó?

-Sobre todo mi suegro (José Peón, exalcalde). Él fue quien más se implicó, el que apostó desde el principio por la fusión. Sabía que tener 5.500 habitantes nos abría muchas puertas. Es algo que meditamos desde hace tiempo.

-¿Ya antes de las elecciones?

-A esas alturas más o menos. En Europa se estaban tomando ese tipo de decisiones y nosotros teníamos que ir con la vanguardia.

-¿Y no habría sido mejor llevarlo en el programa electoral?

-En ese momento la gente no estaba preparada, pero a lo mejor sí podía haberse llevado en el programa electoral. Puede que hubiese sido una buena idea.

-La alianza se gestó en secreto. Los vecinos se enteraron por los medios. ¿Falló la comunicación?

-La comunicación pudo haberse llevado mejor, pero el simple anuncio se interpretó como una unión de facto. El proceso duró más de un año, y durante ese tiempo se informó a los vecinos.

-¿Y por qué no una consulta?

-En ese período hubo unas elecciones autonómicas que plasmaron la voluntad popular. En Cesuras enviamos carta a los vecinos en las que se decía que era el momento de dar su apoyo a la fusión. Y lo dieron.

-Oza-Cesuras nace con el único apoyo del PP. ¿Falto diálogo?

-Este tema derivó en una guerra política. Yo le pregunto a usted, ¿y si fuese por decreto?

-Pero ya nadie habla de las fusiones por decreto.

-Nadie habla ahora; también antes se decía que el dinero que Europa inyectaba a los bancos era un préstamo y ahora ya se habla de rescate. Hay que anticiparse.

-Anticiparse tiene sus riesgos. El proceso de fusión corrió paralelo a la reforma de la ley de administración local. Al principio se hablaba de fusiones forzosas. Ahora solo de cooperación.

-Eso es como hacer el Camino de Santiago y quedarte a la mitad. La reforma local no va con los tiempos actuales ni con las necesidades de los municipios.

-Oza-Cesuras ya es una realidad. Toca partir casi de cero. ¿Cuál será el primer paso?

-Lo primero que los vecinos noten que tendrán unas ventajas demoledoras. El simple hecho de mantener los servicios ya es un avance. Tenemos un campo de juego en el que no puede jugar ningún otro concello en España.

-Dice que va a mantener todos los servicios. Dos consistorios, dos colegios, dos centros de salud... ¿En qué se ahorra entonces?

-En muchas cosas. El personal queda optimizado totalmente, en quince años no habrá necesidad de contratar a nadie. Los políticos hemos dado ejemplo al reducir retribuciones. En servicios como basuras, saneamiento, ciclo de agua se puede negociar de otra manera... Y un sinfín de posibilidades, por no hablar de el incremento de los ingresos del Estado y la prioridad en las subvenciones de la Xunta. Más ingresos y menores costes. ¿Usted cree que en Europa la reducción de concellos se hizo para ahorrar o para gastar menos? Hay que ir con los tiempos y actualizar el mapa municipal.

-Es indudable que toca reorganizar el mapa territorial, pero sin un marco claro, ¿cree que otros concellos seguirán sus pasos?

-No les va quedar más remedio.

-Ahora se habla más de consorcios intermunicipales.

-¿Consorcios? Un buen invento para salir del paso. Ahí no hay una escala directa de jerarquía. No hay un hilo directo con los vecinos y el servicio queda totalmente mermado. Eso está bien para las grandes urbes, pero para los pequeños municipios solo se puede interpretar como un preludio para la fusión, si no tienen sentido, quedarán como una simple foto.

-Oza-Cesuras tiene 5.400 habitantes, población dispersa y envejecida. Sin trabajo que atraiga población, está en el límite de la viabilidad y con la reforma local la Diputación podría intervenirlo. ¿Teme que eso ocurra?

-No. Oza y Cesuras se complementan muy bien. Las flaquezas de uno son las fortalezas del otro.

-El plan de viabilidad prometía inversiones millonarias de Xunta y Estado. Este año no han consignado ni un euro.

-De momento, lo único que tenemos es la palabra de la Diputación de conceder 300.000 euros a cada concellos en subvenciones nominativas. Y hasta ahora lo ha cumplido. Sin duda la Xunta cumplirá y esperamos que el Estado también.

-El proyecto también prometía cientos de trabajo con el desembarco de Coca-Cola y Ence.

-Sí, son dos gestiones hechas por este gobierno local y seguimos negociando. Coca-Cola pertenece ahora a un conglomerado de empresas y sigue adelante con el plan parcial. El contexto económico marcará ahora cómo acaba la cosa. En el caso de Ence hemos pedido a la Xunta que cambie el decreto y abra el mapa de las plantas de biomasa.

-La Xunta dice desde hace años que cambiará el decreto. ¿Se siente apoyado?

-Lo hará. Tiene que cambiar un decreto que ha quedado obsoleto.

-¿Le convence el nombre de Oza-Cesuras?

-Si, hay que saber de dónde venimos para saber a dónde vamos.

-¿Cuánto tardará en caer el guión y quedar en Oza a secas?

-Nunca.