Faltaban pocos días para que Adolfo Suárez ganase de nuevo las elecciones en 1979 cuando dos hermanos de Betanzos, Jaime (que llegó a ser conselleiro en la Xunta) y Emilio Pita Varela, presentaron ante el Registro de la Propiedad Industrial del Ministerio de Industria y Energía un invento por el que solicitaban la patente:

"El presente modelo de utilidad se refiere a un globo aerostático, de constitución sencilla y económica, cuyo lanzamiento tiene lugar mediante calentamiento del aire contenido en la envoltura que define el globo propiamente dicho". Era el Globo de Betanzos, que su familia ya hacía surcar los cielos de la comarca desde hacía más de cien años, desde 1874, aunque no registraron el invento hasta 1979.

En febrero del año que viene se cumplirán 35 años de esta patente industrial que se convirtió en emblema, símbolo y alma de la Ciudad de los Caballeros y le reportó a sus festejos el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Representados por José Miguel Gómez-Acebo, los Pita Varela firmaron la descripción de su invento el 23 de febrero de 1979, con dibujos incluidos. Desde entonces el registro nacional de patentes tiene contabilizadas otros cuatro inventos de globos aerostáticos, pero el brigantino es el más antiguo.

Uno de juguete de 2003; y dos construidos como soporte publicitario, de 2002 y 2006 respectivamente (el de Betanzos lleva dibujos satíricos); otro más se presentó en el registro español de Propiedad Industrial apenas seis meses después de los hermanos Pita, en agosto de 1979, por parte de una empresa italiana. A diferencia del Globo de Betanzos, no era esférico sino tubular; tenía envoltura de polietileno negro; y su principal diferencia era que el aire se calentaba con energía solar, mientras que el betanceiro requiere combustible ardiendo para calentarlo.

A lo largo de nueve páginas, Jaime y Emilio (éste último es el que se encarga de su confección cada año) describen en su patente cómo se elabora el famoso Globo de Betanzos, desde la primera capa de papel y la segunda de tela con un aro de madera entre las dos, "cosido con un cordón fino y fuerte", hasta la forma de ejecutar todo el envoltorio y construcción, siguiendo un patrón, realizando las piezas laminares hasta obtener los famosos 16 pliegos de papel, que se doblan a lo largo y se pegan con papel adhesivo.

Cintas, tiras de lienzo, aros, alambres, un cestillo, completan los materiales necesarios para confeccionar el elemento sin el que las fiestas patronales de Betanzos serían como las demás.