A Oza-Cesuras le cuesta despegar. La primera fusión en Galicia en 45 años todavía no es una realidad para el Ministerio de Hacienda, que mantendrá partidas separadas para cada uno de los concellos fusionados por su participación en los tributos del Estado hasta que se resuelvan los recursos interpuestos por BNG, PSOE e independientes.

El departamento estatal apela a la provisionalidad de las entregas a cuentas y confía en que se podrá realizar al término del ejercicio una liquidación del presupuesto como un único municipio siempre y cuando, recalca, el juzgado archive los recursos.

Su postura choca con la de Xunta y Diputación, también gobernadas por el PP. El Gobierno gallego y la institución provincial coruñesa celebraron el nacimiento de Oza-Cesuras nada más publicarse la aprobación de la fusión en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Ambas administraciones han restado importancia desde el principio a los recursos interpuestos contra la fusión y defienden que el juzgado denegó la petición de suspensión cautelar.

La Diputación, promotora de esta alianza pionera, ha iniciado los trámites de un plan de ayudas para primar aún más a Oza-Cesuras, que no solo computarán como concellos separados sino que recibirán un 30% más como premio a la fusión. Este aliciente, con el que la institución pretende animar a otros concellos a dar el paso, ha sido objeto de críticas por parte de la oposición y choca con la actitud que mantiene Hacienda, más recelosa tras la impugnación judicial.

La aportación extra que recibiría Oza-Cesuras de los ingresos del Estado al superar los 5.000 habitantes y por fue una de las principales ventajas que incluía el plan de viabilidad, que vaticinaba que el primer año de Oza-Cesuras depararía ya un notable incremento de ingresos del Estado y un importante ahorro en gasto político. De momento, no se ha cumplido ninguna de sus previsiones. El proyecto cifraba entre 50.000 y 70.000 euros el ahorro en sueldos de los políticos, que finalmente no alcanzará los 10.000 euros de diferencias si se suman los gastos de protocolo y dietas.

Oza-Cesuras encadena decepciones. El municipio fusionado no ha visto aún cumplidas las grandes promesas que cimentaron la alianza. Las grandes empresas que desembarcarían atraídas por su situación estratégica se lo piensan. Coca-Cola ha congelado su proyecto de crear una planta logística tras la fusión de las embotelladoras y Ence no ha confirmado su anunciado desembarco.

Xunta y Estado tampoco han cumplido sus compromisos de inversión. Los presupuestos autonómicos solo han reservado 40.000 euros para el primer proyecto conjunto, la mejora de la seguridad vial en el antiguo camino real que comunica los extintos concellos. Las cuentas no incluyen ni un euro para el anunciado centro de día en el antiguo sanatorio de tuberculosos. Y la actuación que actuó como germen de la alianza, la escuela infantil compartida, todavía está en proyecto. El Estado tampoco ha reservado fondos para las inversiones prometidas.