La presencia de fluoruros, una sustancia tóxica, en la zona deportiva de Arteixo dejó a la localidad sin las pistas polideportivas, un proyecto que se llegó a adjudicar durante el anterior mandato pero que no pudo ejecutarse. El BNG denuncia ahora que estas sustancias tóxicas que se encuentran bajo la zona deportiva y que fueron depositadas allí a finales de los años ochenta y principios de los noventa brotan en un lateral del carril bici que discurre por el paseo fluvial desde el Ponte dos Brozos hasta la piscina.

"Son sustancias tóxicas que se están filtrando, el Concello debería darle una solución", manifiesta su portavoz, Silvia Seixas. El Gobierno local, que renunció a ejecutar las pistas de atletismo por el alto coste que suponía descontaminarlas, asegura no tener "constancia" de las filtraciones de residuos.

No es este el único lugar de la localidad donde se depositaron este tipo de residuos, muchos de ellos procedentes de una fábrica de aluminios. Los nacionalistas denuncian que en la zona de O Rañal, cerca de la escultura gigante con forma de catalejo, los últimos temporales dejaron al descubierto multitud de formaciones rocosas llenas de residuos. "En muchas de ellas se puede ver el aluminio", sostiene el concejal Xabier Maceiras.

El anterior Ejecutivo adjudicó a una unión de empresas en 2010 la construcción de una pista de atletismo cubierta con cuatro calles de 60 metros, un foso de saltos, una pista de salto de altura y una zona de lanzamiento de peso por más de 600.000 euros. Comenzadas las primeras excavaciones se detectaron las sustancias tóxicas y se paralizó la obra. Sanear la parcela tenía un coste de entre medio millón y tres millones de euros por lo que Carlos Calvelo renunció a esta obra.