Oza-Cesuras y Almonte estuvieron ayer un poco más cerca. Volantes, lunares, mantones o flores como adorno en los peinados vistieron ayer a los participantes en el particular Rocío del municipio, que reunió a peregrinos llegados de distintos puntos de Galicia. Buena parte de los rocieros procedían de A Coruña, en concreto, de la Casa de Andalucía, organizadora de la celebración. El cielo sí se encargó de recordar la distancia entre el Rocío original y esta versión gallega, que los peregrinos vivieron más fresquitos que sus homólogos onubenses. Entre los asistentes se encontraba el diputado en el Congreso por el PP Juan de Dios Ruano.

La jornada comenzó con el rezo del Rosario en la parada de taxis de Oza. Acto seguido cayeron unas copas de aguardiente y después, los rocieros iniciaron la marcha hacia en Sanatorio de Cesuras. Allí los peregrinos rezaron el Ángelus y celebraron el bautizo de los romeros. Después, la ruta continuó en dirección a As Capillas, donde se ofició una misa rociera y se sacó a la Virgen en procesión. Tras el oficio se celebró una comida campestre. Como en toda fiesta popular que se precie en suelo gallego, había churrasco y pulpo, que en esta ocasión convivieron con comidas y bebidas típicas de Andalucía.

Cuestiones paisajísticas aparte, la estética de la fiesta logró evocar los polvorientos recorridos hacia el templo onubense. Unos más rigurosos que otros, en general los asistentes se esmeraron en adecuar su look a la ocasión. La organización había dado instrucciones claras sobre la vestimenta. Los hombres debían llevar camisa blanca, gorra y pañuelo y las mujeres, traje de flamenca o falda rociera. Numerosos peregrinos se apoyaron en bastones. Los organizadores ofrecían, además, la posibilidad de acudir en carretas, como hicieron algunos de los asistentes. Otros montaron directamente a caballo para sus desplazamientos, que en el camino se toparon con algún tractor.

Los impermeables y los paraguas, principales pistas sobre la ubicación geográfica de este Rocío. Fue el caso de uno de los rocieros más conocidos, el diputado por el PP en el Congreso, Juan de Dios Ruano, que sí lució la correspondiente gorra.