El Concello de Oleiros ha conseguido, después de un intento fallido, adjudicar la gestión de la cafetería y restaurantes municipales de A Fábrica en Perillo. El grupo Carpe Diem será el encargo de gestionar el local durante los próximos quince años, aunque ayer el alcalde, Ángel García Seoane, que mostró su satisfacción por la adjudicación del contrato, se refirió al grupo Gasthof en su lugar. "Por fin va a poder abrir", celebró el regidor.

Fue el pasado viernes cuando el Concello acordó la adjudicación de la gestión de A Fábrica, que cerró sus puertas el último día de 2013 y entregó las llaves a su anterior adjudicatario, que renunció a seguir con el contrato. El Ejecutivo local no tardó en preparar las bases para la licitación del contrato de explotación del restaurante, ya que se encuentra en lugar clave para recibir a numerosos vecinos y turistas.

Pero el primer intento no le salió bien al Concello: el pasado junio anunciaba que el contrato para explotar el establecimiento quedó desierto, ninguna empresa presentó oferta. Y todo pese a que el Ejecutivo -teniendo en cuenta el actual contexto de crisis- rebajó el canon anual en un 37,5%, de los 2.400 euros que pagaba el anterior concesionario a los alrededor de 1.500 que planteaba en esta nueva contratación, pero ni así.

El Concello incluso había constituido una mesa de expertos, con personas con gran veteranía al frente de restaurantes de éxito, como el gerente de El Refugio, para evaluar el proyecto de explotación de cada aspirante y garantizar un mínimo de calidad. Pero nada.

García anunció entonces que el Gobierno local modificaría "bastante" el pliego de bases del concurso para adjudicar la concesión de las explotación del restaurante. Pero tampoco hubo tantos cambios. El Ayuntamiento sacó de nuevo a licitación la gestión del local y en ese segundo intento mantuvo exactamente todas las mismas condiciones económicas que la primera vez, excepto la duración de la concesión, que se prolonga cinco años más.

Carpe Diem se instalará, por lo tanto, en el local durante los próximos quince años y pagará un canon anual de 18.392 euros (4.598 euros por trimestre). "Por fin va a poder abrir de nuevo el restaurante en un sitio tan hermosísimo", celebraba ayer el regidor local en la COPE. Tal es el interés del Concello en reabrir el local que se gastó 27.000 euros en obras de mejora: 5.317 euros en reformar el sistema de calefacción, casi 20.000 en obras de accesibilidad y 1.621 en sustituir la caldera.

En A Fábrica el Ejecutivo terminó con reclamación patrimonial. Le reclama algo más de 42.000 euros a la empresa que gestionó el local desde 2006 hasta finalizar 2013 por impago de varias cuotas del canon desde 2012 y facturas de luz pendientes. La empresa a su vez reclama daños y perjuicios al Concello al achacarle el cierre, tras una inspección de la Xunta con multa incluida por no tener el edificio, de bajo y dos plantas, adaptado a la ley de accesibilidad.