Huele bien, sabe bien y, además, es buena. Los niños que participan en los campamentos urbanos del Concello de Culleredo participan esta semana en una iniciativa que tiene como objetivo concienciarles de que comer sano puede ser rico y, además, muy divertido.

En esta iniciativa participan 300 pequeños y, durante esta semana, una parte de ellos pasarán por el punto Komesán. Un espacio en el que la merienda se despoja de los olores de la bollería industrial y de los embutidos y el chocolate.

Y es que, los pequeños que ayer estaban en las actividades que se realizan en el colegio Isaac Díaz Pardo, de O Burgo, pudieron probar trozos de fresa, melón, sandía y ciruelas. Para rematar, se les repartió un bollo de pan para que su merienda fuese un poco más equilibrada.

Esta tarde, los afortunados en llevarse a la boca las piezas de fruta serán los alumnos del centro Sofía Casanova, de Vilaboa. El Concello de Culleredo asegura que los alimentos más apreciados por los pequeños de O Burgo fueron las fresas, el melón, la sandía, el albaricoque y la ciruela, ya que algunos de los participantes se animaron a repetir.

Las piezas de fruta se les presentan al natural, sin procesar, aunque con una estética más divertida que si tuviesen que pelarla o comérsela entera de una sentada. Las frutas están troceadas y mezcladas en una macedonia que se sirve en vasitos de plástico.

La concejal de Educación, Carmen Varela, y su homóloga en Sanidad, fueron las encargadas de dirigir la actividad y de explicarles a los más pequeños las propiedades de la fruta y los beneficios que puede darles consumirla a diario como merienda.