"El espíritu es el mismo. El objetivo es que un scout cuando termine sea una persona comprometida y crítica y que intente hacer del mundo un mundo mejor", explica la responsable de grupo Ana Escrigas, del Grupo Scout Ronsel, afincado en Sada y que celebra sus 15 años de existencia. Una exposición fotográfica rememora este mes en la Casa da Cultura Pintor Llorens la andadura del colectivo. Juegos, tareas de voluntariado y excursiones centran la actividad, que se ha mantenido en una misma línea con el paso de los años. "Los niños cambian, porque la sociedad evoluciona, pero tratamos de inculcar los mismos valores: convivencia, solidaridad, tolerancia y espíritu crítico", reseña Escrigas.

Establecido en Sada hace cinco años, el Grupo Scout Ronsel nació en Santa Cruz, en Oleiros. "Elegimos Sada porque queríamos seguir en un sitio con entorno marinero y cercano a A Coruña", explica la responsable. En los locales sadenses se reúnen todos los sábados niños de entre 8 y 16 años del municipio y de concellos próximos, como Betanzos, Oleiros y A Coruña. Los chicos realizan desde manualidades hasta actividades medioambientales. Cada trimestre hacen una salida de uno o dos días y en Navidad y verano se celebran acampadas más largas.

Los mayores del grupo decidieron motu proprio desempeñar también una labor de voluntarios en el ámbito social. "Durante dos meses iban sábados alternos y hacían actividades con los ancianos", relata Escrigas, y explica que fueron los chicos quienes contactaron con la residencia de ancianos y gestionaron su colaboración. "Ellos deciden las actividades. Deciden qué les gusta hacer y lo hacen, en función de su edad", apunta la responsable de grupo.

El colectivo sadense tiene también su parte integradora. "Ahora tenemos a un niño con síndrome de Down. Adaptamos los juegos para que pueda hacerlos. Lo más enriquecedor de trabajar con él es ver cómo reaccionan los otros: están pendiente, lo integran y lo llaman para jugar", asegura Escrigas. La monitora describe experiencias como el trabajo con chicos de centros de menores y asegura que, tras trabajar y convivir con los otros chicos, "acaban aprendiendo a convivir y tolerar opiniones distintas".

La exposición con la que celebran sus 15 años de actividad se puede visitar durante todo septiembre en la Casa da Cultura Pintor Francisco Lloréns de Sada.