Los ornitólogos observan con asombro y cierta preocupación la proliferación de cisnes en la ría de O Burgo. En 2007 no había ningún ejemplar y ahora, según ha contabilizado el experto Antonio Sandoval y el Grupo Naturalista Hábitat, existen ya 34 ejemplares, el mayor conjunto de Galicia en un medio salvaje. Los primeros animales, cuatro, aparecieron en 2008; en 2009 eran seis, según Sandoval, pero desde entonces el número se ha multiplicado de forma exponencial.

"La gente puede creer que hay más porque la ría está más limpia, pero no tiene nada que ver. El hecho es que estos animales proceden de la laguna de Mera en Oleiros. A los primeros se les cortaban unas alitas para que no volasen y no saliesen de la laguna, pero las crías nacen, saben volar y escapan. De ahí fueron para O Burgo y de O Burgo ya han pasado al embalse de Cecebre también", explica el presidente de la asociación ecologista Hábitat, Santiago Vázquez.

En un futuro próximo puede generarse un problema en la ría de O Burgo, un lugar muy importante para las aves procedentes de distintos continentes, porque es su hábitat de paso y de descanso, de invernada. "El problema es que son aves que no tienen ningún depredador y son muy territoriales. Además las personas los protegen, por ejemplo, les dan de comer. Es un animal que tiene muy buena imagen, y cuando están volando en grupo, con esas alas que llegan a los dos metros y medio, es una belleza espectacular", destaca Vázquez.

Los ornitólogos consultados creen que estos cisnes pueden, al menos, "estresar" al resto de aves que pueblan la ría. Asustan al abrir las alas y se disputan la comida. "Es una especie que se ha escapado del ámbito doméstico, de lagos y estanques, se ha aclimatado a estos nuevos entornos y se ha vuelto salvaje", señalan desde Hábitat.

Otro factor que ayuda a la proliferación de los cisnes es que la gente los mima. Les arrojan pan (si es viejo, con moho, es venenoso para estas aves) y si se quedan atrapados en alguna red acuden en su rescate. Efectivos de Protección Civil ya han rescatado varios.

Los censos que realizan los ornitólogos superan los 3.000 ejemplares: martín pescador, correlimos, ostrero, cormorán grande, agujas colinegras y colipintas, el delicado zarapito trinador, la garza real y la garceta, el llamativo ánade real, el chorlito gris... Y muchas gaviotas: cabecinegra, reidora, patiamarilla... Y a veces, como la pasada semana, se pudo ver incluso una gaviota de Delaware.

Antonio Sandoval avistó una y la fotografió el pasado jueves en la ría de O Burgo. Es una gaviota muy difícil de ver, viene desde Estados Unidos, y ahora mismo en Galicia solo habita una en esta ría y otra en Baiona.

Los expertos en aves consideran que hay que vigilar cómo evoluciona el número de cisnes en la ría de O Burgo. Estas aves comen en gran cantidad vegetación acuática, que es el hogar para otros animales además de producir oxígeno.

En la bahía de Chesapeake, en Maryland (Estados Unidos) el Servicio de Peces y Vida Silvestre optó por implantar un programa de control de cisnes ante su gran proliferación, incluyendo la esterilización, para no sobrecargar el ecosistema ni reducir la biodiversidad.