Los conductores que circulan por la carretera que comunica Arteixo con Uxes tienen que lidiar con nueve badenes que hay a lo largo de un kilómetro a la altura del polígono industrial de Morás, donde no hay obras ni empresas instaladas. La Xunta los instaló hace más de dos años por los trabajos de construcción que realizaba en el parque empresarial, que es un páramo, ya que ninguna empresa ha optado por instalarse en la zona.

Las primeras bandas reductoras de velocidad que se instalaron en la vía eran de hierro y provocaron las protestas de los usuarios de la carretera que denunciaban que eran un "peligro" tanto por su altura como por su rigidez y que además eran perjudiciales para los vehículos debido a que afectaban al sistema de amortiguación y las ruedas. Otros muchos conductores intentaban esquivar los badenes incluso si tenían que invadir el carril contrario.

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, junto con la Diputación y el Concello de Arteixo, decidió sustituir las badenes de hierro por otros de goma tras las críticas vecinales. Las que pusieron y permanecen en la actualidad son de menor tamaño y altura. Los coches aprovechan el arcén para intentar esquivarlas y también aprovechan que algunas tienen algún hueco arrancado.

El Gobierno gallego, responsable de las obras del polígono industrial de Morás, justificaba que no retiraría las bandas limitadoras de velocidad son "obligatorias por ley" y que la normativa impedía su retirada. Aparte de los badenes, la carretera de Morás tiene señalización de obra y hay avisos de que se realizan voladuras y que es una vía en la que pasan camiones de obra. Los trabajos del polígono están paralizados desde que la subasta de las parcelas quedase desierta y tras varios intentos de la Xunta para vender las parcelas de forma directa.

El vial que une Vilarrodís y Uxes es otro de los afectados por la construcción del polígono, ya que permanece cerrado al tráfico desde que empezasen los trabajos. Una parte de la carretera sigue abierta para que los vecinos de algunas viviendas puedan acceder a sus terrenos. La vía acaba bruscamente en el límite con las parcelas de Morás y dentro del polígono ya ni existe. Los conductores usaban este camino para ir desde Uxes a Vilarrodís sin tener que pasar por el núcleo urbano de Arteixo ni por la rotonda de Sabón, donde concluyen más de 50.000 vehículos cada día, según las estimaciones de la Xunta, que inauguró la nueva glorieta elevada hace una semana.