Un mandato de rebacheos y primeras piedras contadas. Solo Arteixo ha podido permitirse lujos. La austeridad ha marcado la legislatura de los ayuntamientos adheridos al Consorcio As Mariñas. Tras el frenesí de obras del Plan Zapatero, los concellos se han apretado el cinturón. Varios alcaldes renunciaron a sus proyectos más costosos nada más empuñar el bastón de mando. Ni Abegondomus, ni centro cultural en La Cros, ni aparcamiento subterráneo en la Avenida da Mariña de Sada, ni compra y rehabilitación de la Casa Gótica de Betanzos. "Son tiempos de vacas flacas", resumió un regidor.

Los gobiernos encaran la recta final de la legislatura sin cumplir buena parte de sus compromisos. La aprobación del plan general volverá a ser promesa en siete de nueve concellos. La Xunta ha desbloqueado prácticamente sobre la campana del mandato los ambulatorios comprometidos en Arteixo, Cambre y Culleredo hace una década. Los centros educativos anunciados llegan in extremis. Y no todos.

El mandato que puso la medalla de la Unesco a As Mariñas-Terras do Mandeo y echó definitivamente a andar la EDAR de Bens se agota con importantes cuentas pendientes a nivel supramunicipal, como el dragado de la ría de O Burgo o la puesta en marcha del polígono de Morás. La vía ártabra ha abierto a medio gas, lastrada por la carencia de conexiones; la Xunta finaliza la primera fase del trasvase de Meirama sin fecha para completar las obras y el proyecto para conectar por tren Langosteira sigue en fase de tramitación.

Toca hacer balance. Y las urnas dictaminarán si pesan más los logros o los fracasos.

EArteixo. El Concello de Arteixo si tiró de chequera. Ajeno a las apreturas de los consistorios de su entorno, el municipio arteixán dio buena cuenta de su millonario remanente de Tesorería y de sus elevados ingresos por la actividad industrial. El PP hizo realidad antiguas promesas, como los centros sociales de Meicende, Suevos o Loureda o la nueva piscina. El Gobierno llegó a tiempo para la primera piedra del centro de salud de Vilarrodís (anunciado hace más de una década), cerró el acuerdo con Xunta y Fundación Amancio Ortega para el geriátrico y la nueva escuela infantil, recepcionó el polígono de Sabón y rescató el servicio de aguas tras una tormentosa privatización. El Concello tramitó ocho modificaciones urbanísticas para abrir nuevas calles o ampliar el paseo marítimo, pero fue incapaz de aprobar el plan general, una de sus promesas estrella. Sobre la mesa queda la ampliación del ambulatorio, la guardería en el entorno del polígono o el mercado de abastos. En materia de bienestar, el PP no cumplió su promesa de poner en marcha un servicio de canguros, los bonos familiares o las casas tuteladas del rural. Antiguas demandas, como el autobús de Meicende, llegarán casi en campaña. El transporte interparroquial sigue pendiente.

EBetanzos. El PSOE, que prometió un "gobierno firme que permitiese a Betanzos recuperar la importancia que nunca debió perder", encara la recta final del mandato sin cumplir su promesa de aprobar el plan general, revisar el plan del casco histórico y adquirir y recuperar las casas más emblemáticas (Lanzós, Casa Gótica o el convento das Donas). Tampoco ha ejecutado íntegramente la recuperación del lavadero (aunque ha cambiado la cubierta). El mandato llega a su fin con la rehabilitación del palco de música y obras de mejora en varias calles. Los socialistas sacan pecho con el esfuerzo en políticas de bienestar y servicios sociales y apelan, entre otras medidas, al incremento de becas y usuarios de Xantar na casa y transporte adaptado.

El Ejecutivo se presentará a la reelección con dos importantes promesas autonómicas hechas realidad: la apertura del albergue de peregrinos y del nuevo colegio, reducido a un aulario dependiente del Vales Villamarín. Durante esta legislatura, el Concello ha puesto en marcha varias campañas para promocionar la hostelería y el comercio y también rutas turísticas. Casi sobre campana del mandato ha logrado sellar un acuerdo con la plantilla y ha ampliado el cuerpo de policía. Una de las principales promesas culturales, dotar de programación estable al Alfonsetti, sigue pendiente.

EBergondo. El mandato de la ruptura de PSOE y Veciños, de las protestas por la depuradora de Gandarío, ya en obras, y de los polémicos vertidos cierre de playas incluidos. Bergondo escribe las últimas líneas de un mandato que finaliza con el plan general aún en pañales, en el que los socialistas depositaban su promesa de un centro de día, viviendas de promoción pública y la ampliación del colegio y el cementerio municipal. El Concello dedicó buena parte de sus fondos a ejecutar mejoras en viales y red de agua y saneamiento y destaca el esfuerzo en servicios sociales, mejorar la atención a dependientes y modernizar la administración electrónica.

ECambre. El PP cambrés agota un mandato difícil, marcado por dos cuestiones de confianza y un fallido intento de moción de censura. Los populares han fracasado en su promesa estrella de aprobar el plan general, pero han logrado dar una segunda vida a la Casa da Cultura y han visto colocar al fin la primera piedra del tan demandado centro de salud. Entre los compromisos cumplidos, la escuela infantil de la Fundación Amancio Ortega, la recuperación de varias sendas del Mero, la ampliación del Wenceslao Fernández Flórez, la reforma del campo da feira, la reordenación del mercado o la sede de la Protección Civil. Otras promesas más ambiciosas, como el apeadero de A Barcala, el centro de formación náutica de Cecebre o las tres piscinas cubiertas de O Graxal se han caído del cartel.

ECulleredo. El retraso en informar del plan general por parte de la Xunta impedirá al PSOE cumplir una de sus principales promesas, con casi total probabilidad el PGOM no llegará a tiempo. Dos proyectos autonómicos se han cumplido: el instituto y el centro de salud, ambos en construcción. El gobierno de la integración de APdC en el PSOE renunció ya en campaña a uno de sus proyectos más ambiciosos, la recuperación de La Cros. Entre las obras de la legislatura, la reforma del edificio de Servizos Múltiples, que arrancará estos días, la reordenación en el puente de O Burgo (ejecutada por la Xunta) y la reforma de Electo Carballo.

ESada. La ruptura del "gobierno de consenso" dio al traste con una de las principales promesas del PP, la estabilidad. El Ejecutivo deja por el camino varias de sus promesas e intentará aprobar in extremis el plan general tras esquivar durante los últimos meses las peticiones de reunión de la oposición. La regeneración de la playa, que el PP anunció que estaría lista en 2012, llega al término del mandato en forma de anuncio del Estado, que todavía no ha presentado el proyecto. Entre los logros, la Xunta ha ampliado el colegio y el Concello remodelado el edificio administrativo y ha puesto en marcha varias citas culturales, como la Feria Modernista.

EOleiros. La merma de ingresos ha pasado factura a las inversiones. El Ejecutivo, en mayoría, ha puesto a andar el vivero de empresas, aunque al ralentí, y ha cumplido su promesa de poner en marcha un plan de ahorro energético. La legislatura ha traído el demandado colegio de Nós, la aprobación de la totalidad del plan general, pero el campo de golf de Xaz es una de las obras que se resiste y el Concello ha renunciado a hacerse con la mansión Las Cadenas como había acordado en 2004. Una de las actuaciones más destacadas ha sido la implantación de la ORA estival.

EAbegondo y Carral. El PP de Abegondo renunció al Abegondomus y no obtuvo fondos para el centro de salud. Sí aprobó el plan general y habilitó el área recreativa de Beche. Carral consiguió ver arrancar las obras del instituto, mejoró la administración electrónica, el museo de As Travesas. El PGOM sigue pendiente.