Los municipios de la comarca han dado pasos en la buena dirección en los últimos años pero siguen ninguneando a los niños y adolescentes, no se les tiene en cuenta en la gestión municipal ni se les permite participar en la vida de su ciudad. Ningún concello de Galicia tiene el sello de Ciudad Amiga de la Infancia de Unicef, algo que solo sucede con otras dos autonomías.

Este reconocimiento lo concede Unicef en colaboración con el Ministerio de Sanidad, la Federación de Municipios y Provincias y la Red Local de Derechos de la Infancia y la Adolescencia. Crear ludotecas, programas de prevención de drogodependencias, implicar a niños en actos de relevancia, crear consejos de infancia, y en general tomar medidas a favor de niños y adolescentes desde distintas concejalías, es lo que se valora para otorgar el sello Ciudad Amiga de la Infancia.

Una de las iniciativas más prometedoras en este sentido de tener en cuenta a los niños y facilitarles su autonomía, tuvo lugar en abril de 2013 cuando el Ayuntamiento de A Coruña puso en marcha rutas escolares seguras por la ciudad para que los niños pudiesen ir y volver al colegio solos. Sin embargo, la ciudad herculina tampoco tiene el título de Ciudad Amiga de la Infancia, algo que ahora la candidata del PSOE, Mar Barcón, ha incluido como objetivo en su programa electoral. Este proyecto coruñés tuvo eco en Oleiros y el Gobierno local anunció el año pasado su intención de reproducirlo en su municipio pero aún está en estudio.

La candidata del Partido Popular a la Alcaldía de Oleiros, Tristana Moraleja, acaba de proponer que el municipio se adhiera a este título de Unicef para convertirse en el primero de Galicia. Moraleja recuerda que en Oleiros hay "cerca de 7.000 niños" y apuesta por crear "mesas de trabajo" en las que se produzca una "participación real de niños y adolescentes" para "entender sus verdaderas preocupaciones y proponer soluciones reales para su vida".

El BNG oleirense criticó en el último pleno que el Ejecutivo rechazase su propuesta de mejora de la seguridad alrededor de parques infantiles, como limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora en algunas calles, al entender que "los parques infantiles no son jaulas".

Betanzos también está en el buen camino de conseguir este sello de Unicef si continúa con más medidas que complementen la que está en vigor desde 2013: un Consello Municipal da Infancia que promovió el Ejecutivo local, creado para lograr un "mayor bienestar social y en la calidad de vida de los niños", con presencia de ediles, padres, niños, ONG y Unicef. Este tipo de consejos es uno de los aspectos que valora Unicef a la hora de otorgar estos títulos.