El primer pleno del mandato de Culleredo dejó en evidencia las dificultades que deberá afrontar el alcalde, Julio Sacristán, para sacar adelante sus propuestas. El veterano regidor socialista gobernará por primera vez en minoría desde los ochenta (las últimas legislaturas formó gobierno de coalición con el BNG hasta la integración de APdC). El Ejecutivo del PSOE tendrá que enfrentarse con BNG y PP y también con nuevos rivales: Marea Veciñal, Alternativa dos Veciños y Ciudadanos. Y todo apunta a que la oposición no se lo pondrá fácil.

La exconcejala socialista y portavoz de Alternativa, Alicia Ferreiro, se mostró ayer especialmente combativa con sus excompañeros de filas. La independiente y el PP votaron en contra de varias de las propuestas de organización municipal, que prosperaron gracias a la abstención o el voto favorable de Marea, Ciudadanos y BNG.

Un punto especialmente conflictivo fue el de los sueldos. El alcalde pretendía cobrar 55.000 euros brutos anuales, el máximo que fija la ley para concellos de hasta 50.000 habitantes. La reducción forzosa de su salario en un 5,4% no le pareció suficiente a la oposición, que presentó dos enmiendas. El BNG abogó por aplicar "una regla de tres" y fijar los emolumentos del regidor en función de la población del municipio: de 55.000 a 51.661 euros (un 6% menos).

Alternativa dos Veciños proponía un recorte más drástico, al que se sumó el del PP, y defendió que el salario del regidor no podía ser "en ningún caso" superior al que cobrará su homólogo de A Coruña (40.000 euros brutos anuales). Alicia Ferreiro tachó de "totalmente exagerada" la propuesta del Gobierno local y no solo reclamó que se rebajase el sueldo del regidor, sino que las tres dedicaciones exclusivas de los ediles (la del primer teniente de alcalde, la concejala de Benestar y la de Educación) pasasen a ser parciales y la parcial (la de Personal) fuese suprimida.

Las manos alzadas del PSOE dieron luz verde a la enmienda del BNG, que prosperó con el voto en contra de PP y Alternativa. Ambos grupos propusieron también un recorte en las dietas por junta de gobierno (de 250 a 200 euros) y un aumento de las de pleno (de 200 a 300 euros). Esta propuesta tampoco prosperó. El PSOE votó en contra y Marea, Ciudadanos y BNG se abstuvieron.

A lo largo del pleno, el PSOE mostró una mayor sintonía con el edil del BNG, Antón Chouciño, y el de Ciudadanos, Suso Vázquez, que con su excompañera Alicia Ferreiro. Los socialistas afirmaron no tener problema a que BNG y Ciudadanos, que deberán formar un grupo mixto, puedan tener intervenciones independientes (compartiendo el tiempo) y su propio local.

El Gobierno local, que necesitará del apoyo de dos grupos de la oposición para sacar adelante sus propuestas, se mostró también ayer dispuesto a estudiar varias de las reivindicaciones que puso el BNG sobre la mesa, como la de mantener la comisión de seguimiento de Alvedro o crear una comisión especial sobre la ría de O Burgo.

Ciudadanos y Marea (que tiene tres concejales) no tomaron la palabra ayer en el pleno de constitución y optaron por abstenerse en la mayor parte de los puntos, como el BNG. Los más belicosos fueron los populares y los integrantes de Alternativa, con cuatro y tres ediles respectivamente.

Fue, con todo, una sesión relajada, salvo por un pequeño enfrentamiento entre el alcalde y el portavoz del PP, Antonio Cañás, a cuenta del retraso con que les fue entregada la documentación que debía aprobarse ayer en pleno. Culleredo afrontará un mandato con el plenario especialmente dividido y, ayer, propició más de una confusión en los turnos de intervención.