Dona cumple cinco años. Esta perrita mestiza, nació al mismo tiempo que su ama, la Fundación de Custodia del Territorio Fragas do Mandeo. Ha recorrido con sus integrantes hasta el último rincón de los montes y bosques de ribera de la comarca. Este mes ella y sus dueños están de aniversario. Toca hacer balance. Y echar la vista atrás.

Dona era cachorra cuando las asociaciones O Rabo do Galo, Sociedade Galega de Historia Natural y Hábitat, hartas de ver cómo las administraciones hacían "caso omiso" a sus propuestas, decidieron dar un paso más allá de la reivindicación y en plena crisis fundaron Fragas do Mandeo, la primera entidad de custodia de la comarca.

La ONG ha logrado en un lustro adquirir mediante donativos, recaudaciones en rastrillos y aportaciones de los socios más de 200.887 metros cuadrados de fincas protegidas en desuso. Son los centinelas de 22 hectáreas que han recuperado para uso público tras un arduo trabajo de regeneración, de erradicar especies invasoras y eucaliptos y repoblar las fincas con arbolado autóctono.

La colaboración de voluntarios ha resultado "crucial", admite uno de sus socios fundadores, Fernando Bandín. A lo largo de este lustro, la ONG ha logrado rodearse de un equipo de fieles colaboradores y también de asociaciones y empresas que ofrecen su colaboración de forma desinteresada para recuperar, metro a metro, el entorno natural de As Mariñas y Terras do Mandeo.

El principal objetivo de este banco de tierras es la conservación de las más de cincuenta especies amenazadas que habitan en la comarca que hace dos años recibió el distintivo de Reserva de la Biosfera. Hay parcelas cedidas, compradas y en algún caso entregadas gratuitamente por sus propietarios. La mayoría están enclavadas en montes abandonados, en zonas de difícil acceso que hacen inviable su explotación. El descuido ha propiciado la proliferación de vertederos y especies invasoras. Una de sus últimas adquisiciones han sido 92.239 metros cuadrados de terreno en A Espenuca mediante un convenio con el Concello de Coirós. Los terrenos se sitúan en el entorno del emblemático mirador que, desde hace años, carece de vistas por la proliferación de los eucaliptos. Fragas do Mandeo festejará sus cinco años con la repoblación de este enclave.

Durante este tiempo, la ONG admite que ha echado en falta la colaboración de las administraciones. Aunque la ley recoge desde 2007 la existencia de las entidades de custodia de territorio, la normativa no pasa del papel. Al menos en cuanto a los acuerdos de colaboración con Xunta o Estado para cuidar los terrenos públicos que están abandonados, pese a su valor natural. Fragas do Mandeo solicitó hace años un espacio en estado de abandono a Costas. "Seguimos esperando", lamentan.