Las fiestas de Santa Cruz de este año iban a ser históricas. Por primera vez se cambiaba la tradicional ubicación, la hoy plaza Esther Pita del casco urbano, por un espacio de dos fincas algo más arriba, detrás del hipermercado Gadis. El objetivo de la comisión de fiestas con este traslado era tener una superficie lo suficientemente grande como para poder albergar atracciones y barracas, al igual que otras localidades. Ya tenían apalabrada la presencia de 39 atracciones y la comisión ha tenido que llamarlas a todas para anular la visita: el dueño de uno de los terrenos no les ha dado, al final, su consentimiento. La desolación ha cundido entre la joven e ilusionada comisión de fiestas que en los últimos tres años ha trabajado duro para mantener y subir el listón.

"Teníamos ya dividido el terreno, el espacio para una carpa enorme, el bar, las parrillas, la zona para los autos de choque... Una familia nos dio permiso para usar su finca y la otra al final cambió de parecer. Al anular las atracciones ya antes de empezar se acaban de ir 13.000 euros", destacaba ayer uno de los miembros de la comisión, Román Montero.

"Las fiestas empiezan el próximo día 21, a dos semanas no podemos buscar una alternativa, ya teníamos el plan de emergencia para esta zona, no da tiempo a cambiar todo. Solo queremos que los vecinos sepan lo que ha pasado, pedir comprensión y que participen en estas fiestas. Tendremos que trabajar el doble para ganar la mitad", agregó Montero. Tras la mala suerte que ha tenido la comisión de fiestas de Santa Cruz (comisiones que ya demuestran heroicidad peleando con el papeleo administrativo que exige ahora la Xunta y las cuentas que Hacienda persigue), ahora solo se puede ayudar con una participación masiva. Además, el programa de este año, al contar que habría atracciones, se alargó en un día más.