Recuperar la tradición de que las embarcaciones de Pontedeume visiten Sada y viceversa con motivo de las fiestas de la Virgen del Carmen, algo que dejó de celebrarse hace 75 años tras el naufragio del vapor eumés Alegre en el puerto sadense, es un proyecto que ronda en las cabezas de los regidores de los dos municipios, según expuso ayer el mandatario de Pontedeume, Bernardo Fernández, durante el acto de homenaje a los seis marineros sadenses que el 18 de julio de 1940 salvaron a la mayor parte del pasaje al irse a pique el barco por encallar en el islote de A Pulgueira. Su homólogo sadense, Benito Portela, destacó que le parece "una gran idea". El acto fue promovido por la Asociación Cultural Suárez Picallo.

"A mí me parece excelente recuperar esos lazos de amistad de nuevo", declaró Muchita Guillén, la hija de uno de los seis héroes, Juan Gillén, fallecido en 1979, que ayer hizo la ofrenda floral junto a Lolo Placer, un vecino de Pontedeume que aquel día fue testigo de lo ocurrido. "Mi padre me contó que había 112 personas en el barco y él salvó a 25. Decía que doce los cogió juntos, agarrados en el fondo del agua", declaró Muchita, que ayer llevaba prendida en la ropa la medalla "a la abnegación y al heroísmo" que le otorgó a su padre la Sociedad de Salvamento de Náufragos.

De aquellos seis héroes uno aún vive, Francisco Guerra Verdía, que con 95 años no pudo estar presente debido a su delicada salud. "Mi padre en el homenaje del 84 se reencontró con una señora que él había salvado. ¡Qué alegría más grande llevó! Se abrazaron...", cuenta su hija Maricarmen Guerra.