En septiembre de 2014 hubo unos desprendimientos del techo pero en realidad pudo haberse venido abajo toda la cubierta. Y es que cinco de los ocho tramos de la corona de hierro que sustenta la cúpula del palco de la música están tan carcomidos que se deshacen con solo tocarlos. Esto lo descubrieron los técnicos a los que el Concello encargó el proyecto de restauración integral de este símbolo de la ciudad, que casi es centenario, una vez que analizaron toda la estructura y advirtieron que el presupuesto inicial no iba a llegar al comprobar que la situación era más grave.

Si inicialmente se hablaba de 75.000 euros ahora el Ejecutivo, tras el informe de los expertos, ya dispone de un proyecto complementario con un suplemento de gasto de 38.000 euros que el Concello buscará. Al advertir el grave deterioro del palco, se replantearon los trabajos, se aumentó el número de puntales y se cambió el andamiaje.

El palco brigantino es un diseño de 1913, con sustitución de la cubierta de madera por el hierro en 1926. El proyecto prevé la reposición de la cubierta, una canalización de las pluviales, la recuperación del suelo de madera (se cambió por hormigón en 1980) y la eliminación de las planchas de fibra de las opalinas.