La Fundación Fragas do Mandeo ultima los preparativos de la IV Semana de Custodia do Territorio, dedicada a las especies invasoras. El presidente del patronato, Fernando Bandín, incide en la necesidad de abordar esta amenaza ambiental de forma coordinada.

-Dedican las jornadas a las especies exóticas invasoras. ¿Es uno de los principales retos de la reserva de la biosfera?

-Desde el punto de vista de la conservación de los espacios naturales, creo que sí.

-¿Qué diagnóstico hacen de la situación actual?

-En el territorio de la reserva están presente numerosas especies exóticas invasoras, consideradas una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad. En la comarca hay especies como el visón americano, el cangrejo rojo, el galápago americano, la avispa asiática. También árboles como la mimosa, la acacia negra, la robinia o el eucalipto fuera de lo que son las explotaciones forestales... Y todo el mundo conoce los plumachos o la uña de gato. Incluso en el mar tenemos algas como el sargazo japonés.

-¿Cómo se pueden combatir?

-Lo importante cuando nos enfrentamos el problema es atacar aquellas especies en las que podamos ser eficaces y hacerlo en el momento más temprano posible porque eso significará que es necesario destinar menos recursos económicos y humanos. Por ejemplo, con la avispa asiática es el momento de dedicar todo el esfuerzo posible para erradicarla antes de que esté total y definitivamente implantada.

-Hay especies ya muy implantadas como el plumacho o el cangrejo rojo. ¿Qué es lo que ha fallado? ¿Cree que ha habido dejadez por parte de las Administraciones?

-En algunos casos puede que se tratase de mero desconocimiento y en otros puede que hubiese un retraso normativo, no había leyes que prohibiesen la tenencia, la comercialización y la dispersión de estas especies. Hay que recordar que los plumachos fueron colocados en las medianas de la autopista para evitar deslumbramientos y hoy todo el contorno de la autopista y zonas ya alejadas están invadidas. Lo importante es asumir que esto es un problema con antecedentes en todo el planeta, estar muy atentos cada vez que aparece una nueva especie invasora y tomar actuaciones decididas contra las que ya están presentes en la comarca. Hay ayuntamientos como Oleiros o Miño que están haciendo actuaciones decididas en esa dirección. Una de las razones de programar esas jornadas es precisamente mostrar experiencias reales, cercanas a nosotros que consideramos muy positivas para que las conozcan las demás administraciones locales y las imiten y también dar a conocer a todos los ciudadanos este problema.

-De lo que dice se deduce que implicarse o no en la erradicación de especies invasoras queda a expensas de la voluntad los concellos. ¿Echa en falta más implicación de la Xunta y más coordinación entre los ayuntamientos?

-La colaboración de instancias superiores siempre será bienvenida, pero tienen que ser los concellos los que dialoguen con las de rango superior para que las ayuden con más recursos económicos o normativos, porque hay especies que deberían estar en el catálogo de especies invasoras y que todavía no están incluidas. En estas jornadas participarán concellos como Oleiros y Miño, que se han implicado en la erradicación, y también técnicos del GDR. Nuestra intención es plantear la necesidad de establecer una estrategia coordinada entre todos los concellos y que la propia reserva pueda obtener fondos para su eliminación. Las especies invasoras no conocen fronteras y para combatirlas los concellos deben coordinarse, es preciso establecer una estrategia conjunta en la comarca.

-Para lograrlo también es precisa la concienciación ciudadana. ¿Iniciativas como la eco-regata dan sus frutos?

-Creo que sí. Es importante hacer cosas prácticas, efectivas y tangibles si queremos implicar a los ciudadanos en la conservación de los espacios naturales que quedan cerca de donde viven. Mucha gente de Betanzos tiene una embarcación y sobre todo cuando llega el verano sale a disfrutar del río. La eco-regata consiste simplemente en dedicar una tarde de domingo a retirar la mayor cantidad posible de basura de la ría. Es casi más una jornada festiva que de trabajo. Sobre todo por la satisfacción que sientes cuando ves el trabajo. En la última llenamos doscientos sacos.. Nuestra intención es que cada vez más entidades se sumen a participar.