La zona vieja de Perillo y el entorno de A Rabadeira en la capital municipal de Santa María de Oleiros son dos de las zonas con mayor número de viviendas ruinosas y también donde el Ayuntamiento ha promovido la demolición de varias, cinco en total en lo que va de año. En algunos casos el derribo se ha producido después de muchos requerimientos del Ejecutivo local a los propietarios par que cumpliesen la legislación y evitar el peligro de que se viniesen abajo sobre la vía pública. El municipio cuenta con 3.427 inmuebles con más de 50 años de antigüedad y 1.143 tienen más de 120 años.

El pasado mes de febrero una promotora inmobiliaria, tras la advertencia del Concello demolió dos chalés en la avenida Ernesto Ché Guevara (en uno había okupas y otra estaba atestada de pintadas y había sido quemado), al lado del viejo cementerio de Perillo. Ahora el terreno, vacío, alberga un cartel de la inmobiliaria que anuncia su venta como solares.

Muy cerca de este lugar, en el Alto de Perillo, también se conminó al propietario al derribo de una casa que ya el Concello había protegido con valla metálica al caer cascotes a la calle. En esa zona se promueve ahora una urbanización de viviendas. Las otras dos casas demolidas estaban en el entorno de A Rabadeira. Eran viviendas de bajo y una planta, totalmente deterioradas y abandonadas hace años. Junto a las que las rodeaban, contribuían a afear la plaza. "Daba asco verlas", dijo, más expresivo, el alcalde, quien advirtió que exigiría a los propietarios su rehabilitación o demolición.

La advertencia funcionó porque tres casas se han rehabilitado y lucen espectaculares, con su estilo modernista, y actualmente está en restauración otra preciosa vivienda que estaba en muy mal estado en esta plaza, un quiosco de prensa que cerró hace poco en el número 8.

El Ayuntamiento también tiene en previsión a corto plazo la demolición de una casa en la rúa Lameiro. La calle anexa lleva tiempo cerrada ante el peligro de que se desplomen partes del inmueble y el Ejecutivo está aún a la espera de la autorización judicial para echarla abajo. También en la capital municipal oleirense, al borde de la carretera Francisca Herrera y metros antes de llegar a la altura de la Casa Consistorial, donde está el desvío para a Pezoca, existe un grupo de casas de bajo y una planta también abandonadas hace años.

El Concello tiene previsto también "actuar" sobre ellas. El Gobierno ha advertido además a los propietarios de unas ruinosas viviendas, tres en la capital de Santa María de Oleiros, que tienen las ventanas o las puertas tapiadas, lo que está prohibido por la normativa urbanística.