Para Carlos Negreira, Nostián ya no vale. "Tenemos que preparar esa salida y esa era posNostián", sentenció ayer el exalcalde, que sí veía futuro a la planta de reciclaje hace unos meses, cuando aún era regidor en la ciudad y defendía que se podía mejorar su gestión pero que el sistema era el adecuado. Hoy su rechazo es mucho más contundente, cien días después de perder la Alcaldía y un día después de que el alcalde arteixán Carlos Calvelo, también popular, abriese una crisis en la mancomunidad al apostar por una gestión municipalizada de la recogida Carlos Calvelocrisis mancomunidad pero evitando aclarar si será Nostián, Sogama u otro el destino de la basura que cargarán sus supuestos nuevos camiones municipales. "Nostián está claro que no es una respuesta", concluyó Negreira.

"El modelo no es malo, pero está mal ejecutado", asentía, por ejemplo, en mayo de 2014, tras conocerse las auditorías que se mantuvieron ocultas durante dos años. "Vamos a seguir hablando y colaborando para que Nostián mejore y que podamos tener una mejor Nostián en el futuro", manifestaba en enero de este mismo año. El exportavoz municipal, Julio Flores, decía en septiembre de 2013 que lo importante era defender "el modelo de Nostián" y dos meses después el alcalde proclamaba ante el presidente del Consorcio As Mariñas que había que "consolidar el modelo de Nostián y asegurar que el reciclaje de residuos sólidos urbanos se haga de forma sostenible, de cara al futuro y pensando en la mejora del medio".

Fuera ya de su sillón, el discurso de Negreira es diferente: "Nostián es un modelo que, en su momento se implantó, que para el futuro no sirve, que tiene problemas judiciales, porque prácticamente todas las relaciones con Nostián están en los juzgados y que podemos mirar la situación de hoy, pero lo más importante es que, entre toda el área metropolitana, seamos capaces de darle una solución de futuro. A mí no me interesa la solución a cinco o seis años, sino construir entre todos una solución para el futuro. ¿Qué va a pasar en la era posNostián? Es una decisión que tenemos que tomar entre todos". Para Negreira, "Nostián fue un modelo del siglo XX que no vale para el XXI" y "es fundamental tener otros planteamientos que no sean Nostián, que tiene fecha de caducidad más temprano que tarde".

Para el dirigente popular, Arteixo tiene libertad porque es un concello "mayor de edad" pero sí que recalca, en contra de la primera intención de su compañero de partido, que la solución, sea cual sea, debe ser conjunta y a largo plazo: "Esto que puede ser un conflicto hoy, podemos verlo desde el punto de vista de la oportunidad" (...) "Lo importante, más allá de decisiones individuales es qué va a pasar después de estos siete años", añadió el exregidor del PP.

Negreira, sin expresarlo como si fuese una consideración propia, añade que "hay muchos convencidos de que la solución tiene que ser global porque no hay fronteras entre los municipios y el tratamiento de los residuos urbanos, por una cuestión económica y medioambiental, es más fácil hacerla cuantos más mejor".

El exregidor insiste en que la fecha son los siete años que quedan para que expire la concesión de la UTE Albada en Nostián. Habla incluso de adelantarlo: "A mí lo que me interesa es a partir de los siete años. Nostián no funciona, está judicializado y cuanto antes podamos poner fin, incluso antes de los siete años a Nostián, será una buena noticia para 400.000 habitantes que tendrán un tratamiento de residuos urbanos a la altura del siglo XXI. Más que la decisión de Arteixo o la que pueda tomar cualquier otro ayuntamiento. En este tema me gustaría poder construir una posición común. Nostián está claro que no es una respuesta".

El mandato de Carlos Negreira se inició hace cuatro años cumpliendo una promesa electoral: encargaba dos auditorías económica y ambiental de Nostián para poner "luz y taquígrafos" sobre el funcionamiento de la planta. También consiguió negociar la gestión de los rechazos para ahorrar un millón de euros al año. Y hasta ahí. Porque durante casi dos años mantuvo los informes ocultos hasta que un juez condenó al Ejecutivo municipal a mostrarlas tras una denuncia del portavoz del BNG, Xosé Manuel Carril. La sentencia estima el recurso del exedil por vulneración de los derechos fundamentales. Los rechazos que no se pueden reciclar son de un 55% frente al 35% que se calculó cuando nacieron las instalaciones.