Fue el primero en llegar al pleno de la Diputación. Una hora antes del comienzo de la sesión, el alcalde del primer pueblo fusionado en Galicia en 44 años, Pablo González Cacheiro, repartía entre transeúntes octavillas con el lema Formoso no castigues a Oza-Cesuras mientras el megáfono instalado en una furgoneta del Ayuntamiento repetía incesantemente un mensaje que el propio regidor había grabado el día antes para el presidente provincial: "Formoso, no castigues Oza-Cesuras; Formoso recapacita; Formoso, no nos quites lo que tenemos". Una y otra vez.

El regidor desplegó hasta ocho furgonetas de su municipio alrededor de la Diputación para dar más empaque a su cruzada por un "premio" al que dice tener derecho sine die por su "alianza pionera". Y es que el alcalde de este pequeño pueblo rural que saltó a las portadas nacionales por la fusión no está dispuesto a perder ahora los privilegios que le otorgó el PP durante el anterior mandato como recompensa por ampliar sus fronteras, lo que los populares denominaron "discriminación positiva" en ayudas.

González Cacheiro quiso armar ruido. Y lo logró. El alcalde del PP se convirtió en protagonista del pleno tras tomar la palabra visiblemente alterado para afearle al Gobierno provincial (PSOE-BNG) lo que considera un "castigo", una "venganza". Dejó claro que no está dispuesto a quedarse sin ese plus del 20% de ayudas en el Plan de Obras y Servicios (POS) que el anterior Gobierno provincial había introducido en las bases de este programa y que el actual Ejecutivo ha decidido retirar al entender que no procede introducir este tipo de distinciones en un programa que reparte los fondos entre los 93 municipios en base a criterios objetivos como superficie o población.

El mandatario echó en cara al Gobierno provincial que el concello perderá 74.000 euros por la retirada de este extra y acogió con sorna la réplica del Ejecutivo, que le recordó que Oza-Cesuras recibe más de lo que le correspondería como un único concello, ya que recibe lo que percibirían los dos municipios ya extintos por separado.

El mandatario dejó claro que no solo quiere conservar ese plus del 20% en el POS. También exigió su inclusión en el nuevo Plan de Acción Social (PAS), un nuevo programa de ayudas dirigido a realizar actuaciones que mejoren el bienestar de los vecinos de los municipios de la provincia.

De nada sirvió que el presidente de la Diputación, el socialista Valentín González Formoso, le pidiese "tranquilidad" y "confianza" y se comprometiese a ofrecerle las ayudas a través de un plan específico para promover fusiones y otras fórmulas de cooperación intermunicipal, como mancomunidades.

Más que calmar, los argumentos del Gobierno provincial parecían irritar más y más al regidor. Su intervención tuvo, por momentos, aire de melodrama. "He pedido de rodillas que mantengan el plus y me toman el pelo diciendo que me darán las ayudas en un futuro. ¡Esto solo es un castigo a Oza-Cesuras! ¡Es un ataque a las fusiones! Muchas gracias, presidente", le increpó el alcalde desde el público.

En otros momentos, el regidor se mostró socarrón. "Estoy enamorado de ti", le espetó sarcástico al presidente del Ejecutivo provincial, parafraseando burlón una intervención en otro punto de González Formoso. Su intervención dejó también algún grito y ciertas salidas de tono, como el bufido a la vicepresidenta, Goretti Sanmartín, a la que ni se mostró dispuesto a escuchar: "Fui yo quien llamé al alcalde...", comenzó a decir la nacionalista cuando fue interrumpida . "Adiós, me voy", le espetó el regidor antes de volverse al presidente: "Ya hablaremos fuera".

Solo el PP provincial apoyó su reivindicación, aunque de forma considerablemente más tibia. Los populares optaron por abstenerse en las bases del POS por retirar un plus que consideran "fundamental" para incentivar las fusiones. Su portavoz, Diego Calvo, se refirió a la alianza de Oza y Cesuras como un "hito histórico" que debía "ponerse de ejemplo" para "estimular" más alianzas. "Con estas bases se mira para otro lado, no se puede tratar igual una fusión que un consorcio", argumento Calvo, que evitó con todo posar con el regidor en su reparto de octavillas. Ni él ni ningún otro diputado del PP o alcalde de la comarca. Los populares también se desmarcaron de su compañero al votar a favor de las bases del PAS sin ese plus del 20% que reclamaba el regidor de Oza-Cesuras.

El BNG se mostró más duro. Los nacionalistas sostuvieron que el castigo a la fusión habría que buscarlo en un plan de viabilidad que dejaba el futuro del concello a expensas de "premios" y sin sentar los pilares de un porvenir sostenible. El Bloque recordó que Oza-Cesuras había recibido más de 1,6 millones en ayudas nominativas durante el pasado mandato. "No puede pretender vivir de premios", incidió.

Sin extra, el regidor abandonó la sesión. Eso sí, se llevó como "premio" un "¡Viva Oza-Cesuras!" de sus acompañantes.