La oleada de robos que ha registrado Sada, más de cuarenta en menos de un mes, ha llevado a las asociaciones vecinales de las siete parroquias rurales del municipio a unir fuerzas para paliar la "inquietud", el "miedo" y la "preocupación" de los residentes en sus respectivas localidades.

Representantes de los colectivos de Meirás, Mondego, Mosteirón, Carnoedo, Veigue, Soñeiro y Osedo celebraron recientemente una reunión para analizar la situación y proponer soluciones. "Hay mucha inquietud en la gente, yo ahora siempre ando alerta", afirma José Luis, el portavoz de los vecinos de Mondego, una de las parroquias más afectada por los robos.

Como ya informó este diario, las asociaciones han acordado solicitar una reunión al alcalde, Benito Portela, y trasladar su preocupación por la falta de vigilancia a la Subdelegación de Gobierno. Los colectivos tienen previsto solicitar una reunión con efectivos de seguridad para que expliquen a los vecinos cómo actuar en caso de robo y ya han creado un grupo de WhatsApp para compartir cualquier incidencia o movimiento sospechoso y alertar de inmediato a la Guardia Civil.

Las medidas, aunque sirven de ayuda, son insuficiente. "Sada es un caramelo para los ladrones", resume José Antonio, de Carnoedo. Una afirmación ante la que los otros seis representantes vecinales asienten sin dudar ni un segundo. Y es que al hecho de que se trata de zonas rurales, con población dispersa y escaso tránsito, se suma la carencia de medios del cuartel de la Guardia Civil, que presta servicio también a Bergondo y que está muy mermado por las bajas y vacaciones -solo hay siete efectivos en activo, explican-. "Tardan cincuenta minutos desde que salta la alarma", incide Mar, de Meirás, que se mostró molesta por la afirmación del delegado del Gobierno de que en Sada solo se había registrado un "repunte puntual de los robos". "Lo puntual son los refuerzos", apostilla.

Los siete colectivos coinciden en que es preciso reforzar la plantilla del cuartel y no valerse de agentes de apoyo de otros municipios. "Puede que los ladrones paren durante un tiempo por los controles, pero nosotros vamos a seguir hasta que los medios de seguridad sean permanentes ", recalca la portavoz de Meirás que, al igual que el resto de los representantes vecinales, ve preciso mejorar la coordinación con la Policía Local. Los vecinos lamentan que tras unos días en los que notaron un incremento de la presencia policial, esta ha disminuido. "No se ve policía", lamenta Laura, de Osedo. Los colectivos inciden en que los ladrones se han cebado también con Bergondo y sopesan unir fuerzas con los residentes en el municipio vecino. Todos coinciden en que la vía ártabra facilita la huida de los ladrones, debido a su cercanía y escaso tráfico.