La propietaria de la antigua Ártabra, Sarval Bio Industries Noroeste, derribó dos naves en el Puerto de Suevos sin esperar a la autorización de la Xunta. La Demarcación de Costas en Galicia detectó el pasado 5 de noviembre que la empresa ya había demolido parte de las instalaciones, según consta en un informe elaborado el pasado mes por el propio organismo. El proyecto de Sarval para la demolición salió a información pública el pasado martes para que los interesados pudiesen presentar alegaciones durante veinte días, según recogía el Boletín Oficial de la Provincia. Las instalaciones se encuentran pegadas al Rego de Suevos, por lo que debían obtener el visto bueno de Augas de Galicia, organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio.

Estas naves son propiedad de Sarval y están pegadas a la parcela de la propia factoría de piensos. El proyecto presentado por la empresa también incluye trabajos de restauración en dos naves adosadas que no se verían afectadas por el derribo. Costas indica en el informe que su servicio de vigilancia detectó el 15 de octubre que la empresa ya restauraba esas naves. Y señala que a esa fecha todavía no habían empezado los trabajos de derribo de las otras dos naves. En un escrito que figura en el propio proyecto que salió a exposición pública, la propietaria de la antigua Ártabra informa del inicio de los trabajos de conservación de las naves "a pesar de no disponer de la pertinente licencia de obra". La dueña de la antigua Ártabra justifica que empezó los trabajos porque se aproximaba la época con mayor cantidad de lluvias y que únicamente haría obras en el exterior de las naves.

Sarval asegura a LA OPINIÓN que las instalaciones "prácticamente siguen igual" y que no ha habido derribo alguno, en contra de lo que informó Costas. El Ayuntamiento de Arteixo se limita a explicar que el proyecto ha salido a información pública y que debe obtener el visto bueno de la Xunta, Costas y el propio Concello para ejecutar las obras. La Consellería de Medio Ambiente no respondió a la consulta de este diario.

Las naves que quedan están dentro del dominio de Costas. Una de las derribadas estaba en la zona de tránsito (a menos de seis metros del mar) y la otra también estaba en la zona del dominio público. Costas afirma que la empresa tiene en esa parcela una balsa y un relleno sin autorización.