El pleno de Miño ha aprobado con los únicos votos del PP y el alcalde no adscrito recurrir la sentencia que desestimó su solicitud de ser acreedor preferente de Fadesa. El Gobierno local admite que las posibilidades de que su alegato prospere son escasas, pero defiende la necesidad de “luchar hasta el final” para que sea la empresa, ya en liquidación, la que pague los 20 millones pendientes a los expropiados. El PSOE optó por no votar, culpó al PP de provocar la deuda a la que se enfrenta el Concello e invitó a los integrantes del Ejecutivo a “pagar de su bolsillo” las costas de este nuevo proceso, que podrían rondar los 300.000 euros.