Un repaso al anecdotario de los habituales de los bares, una breve mención a la dificultad para formar Gobierno en Madrid y la historia de un buey que se subió al tejado de una vecina y lo derrumbó destacaron ayer en el tradicional testamento del Entroido de Veiga, que ayer alcanzó su XXXV edición. "Este año no hubo mucha política. Coincidió que hubo mucha coplas dedicadas a gente de bar, a temas de taberna, y se habló de cosas como un paisano al que le escapó el buey, no conseguían cogerlo y se subió al tejado de una vecina", cuenta uno de los vecinos que cantaron las coplas del testamento, Ignacio Botana. "La historia del buey parece una parodia de carnaval, pero es verdad", asegura el vecino.

El episodio del buey sobre el tejado terminó con final feliz. Ocurrió en Celas de Peiro, cuenta el coplero. Aunque el animal, "de grandes dimensiones", según el vecino, cayó en la casa al desplomarse el tejado, no resultó herido. Debido a las "grandes dimensiones" del buey, resultaba difícil pasarlo por la puerta para sacarlo de la casa, pero los vecinos "le echaron vaselina y fue saliendo", asegura Botana. Los políticos salieron bastante airosos este año de las parodias de sus gobernados. "Parece que los organizadores están esperando a las elecciones para darles caña", asegura Botana.

Además de la lectura del testamento, un clásico de la romería de San Blas de Veiga, los vecinos disfrutaron del desfile de decenas de participantes en el concurso de disfraces. Una familia de cordobeses que intercambió sexos por un día, una pequeña diablesa, una bolsa de garbanzos con un Garbancito a su lado, una pandilla de superhéroes, un grupo de soldados vestidos de camuflaje, emoticonos de WhatsApp, la familia de Pepa Pig, piratas, chinos, Darth Vader, un perro disfrazado de Batman, Caperucita Roja o pistoleros mejicanos desfilaron entre los vecinos de Veiga y de los alrededores.

Asistentes disfrazados y de paisano disfrutaron de la música de la orquesta Fania, las coplas de Os Parados de Mera y la samba de Los Malandros. La lectura del testamento puso la guinda al carnaval más tradicional de Culleredo.