El homenaje a la doctora Cecilia Vecillas con motivo de su jubilación abarrotó ayer el auditorio de A Fábrica. Las butacas se quedaron escasas para acoger a los vecinos de esta localidad oleirense, que se volcaron en la despedida de la que fue su pediatra durante los últimos treinta años.

Pacientes y allegados agasajaron a la doctora con un álbum con cartas, dibujos y fotografías que el Concello se encargó de recopilar y que el alcalde, Ángel García Seoane, entregó ayer en persona a la homenajeada.

Madres y niños subieron a la palestra para contar en primera persona los motivos que hacen más que merecido el homenaje a esta profesional entregada, que no solo se volcó con sus pacientes, sino que dedicó sus vacaciones a atender a niños en los países en vías de desarrollo.

Su participación en los proyectos de Solidariedade Galega, el cariño con el que trató a varias generaciones de pacientes y su negativa a aceptar la propuesta del Concello de poner nombre a una plaza salieron a relucir ayer en el cálido y sentido homenaje de los vecinos.

Un tributo que Cecilia aceptó con modestia y timidez. "El motor de mi profesión son los niños, con ellos me he reído mucho, me han querido...", relataba emocionada esta pediatra, que no dudó en bromear con la propuesta del Concello de dedicarle una plaza. "Tendría que irme de Galicia, que me encanta", ironizó. La doctora aprovechó la ocasión para alabar el esfuerzo del Concello en la promoción de la salud, la educación y la cultura y su respeto por el medio ambiente.

Alfonso Hermida fue el encargado de presentar el acto, que contó con la música del violinista Florian Vlashi, de la coral Follas Novas y del coro Voces Brancas, de la Escola Municipal de Música.