A las nueve, llegada a la escuela y media hora para saludarse y charlar con los padres o recorrer las instalaciones. Luego asamblea para decidir a qué lugar del bosque se irá ese día o completar una tarea de la víspera. A continuación, una caminata de quince minutos y una hora y media de juego libre. Regreso a la escuela, lectura de cuentos y después la comida, con productos ecológicos y de kilómetro cero, que los niños han ayudado a plantar o cuidar en el huerto e incluso han participado en tareas como amasar el pan. Al final, siesta o lectura. Y el currículo académico (lectura, escritura, matemáticas), a lo largo de toda la jornada, practicándolo en las actividades o en los descansos.

Así será un día de clase en la escuela bosque Amadahi que abrirá el próximo mes de septiembre en la parroquia de Dexo, aunque desde hace meses ya lleva a cabo campamentos con niños y padres en este entorno del Monumento Natural. Serán tres profesoras para solo 25 niños y niñas de 2 a 6 años, es decir, a una media de ocho alumnos por maestro. En Suecia, las guarderías públicas empiezan el día con dos horas en el patio, al aire libre, y hay una profesora por cada cinco niños.

"Este concepto de escuela no lo inventamos nosotros, tiene una larga trayectoria, en Dinamarca nació hace cincuenta años y en Alemania hay ya 1.500 escuelas, integradas incluso en el sistema educativo público, y también en Escocia o Finlandia. En Madrid ha abierto este año una escuela bosque junto con la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y en Galicia, abrió una en Lugo. Nosotros somos la primera en la provincia", relata Paz Gonçalves, maestra especialista en educación infantil con más de veinte años de experiencia y cofundadora de la Asociación Nacional de Educación en la Naturaleza, además de una de las responsables de esta iniciativa privada y la directora pedagógica de la escuela.

Junto a Gonçalves estará otra maestra, Silvia Pereira, y una educadora social y creadora de In natura, una escuela en la naturaleza para niños y familias que conoce experiencias similares en Alemania o Escocia.

"El objetivo es dar la mayor parte de las actividades al aire libre. En Escocia llueve tanto como aquí y hay estas escuelas. La casa sería un refugio si hace mal tiempo. Los niños podrán ver animales, ver cómo cambia el tiempo de un día para otro. Uno de los pilares es el juego libre y espontáneo. Jugando es donde los niños realizan más conexiones y aprenden más, está demostrado científicamente. Y no olvidamos el currículum, que nosotros incluso superamos en el ámbito motriz y emocional. No coloreamos una vaca en un libro, la vemos. Es una experiencia directa, para que sean niños más autónomos, más creativos, y en contacto con la Naturaleza", cuenta Gonçalves.

Los responsables de esta iniciativa privada tienen en rehabilitación una casa de Dexo, con su huerta y jardín, para convertirla en escuela. Además, también llevan a cabo la iniciativa tribus, una vez al mes, en la que participan todo el día niños y padres en la Naturaleza; junto con una vertiente de formación de profesores o padres que quieren conocer esta metodología. "Esto también es enriquecedor para un docente", apunta Paz.

"Por los padres que han contactado con nosotros vemos que tienen muchas ganas de un cambio, quieren que sus hijos estén más tiempo al aire libre, que tengan más tiempo para el juego. No se quiere que se utilicen a los niños como contenedores, que con tres años les pongas un lápiz en la mano a hacer fichas. Lo hace, pero, ¿va a amar la lectura, disfrutar de ella? Hoy en día se adelantan cada vez más las etapas a costa de suprimir los cuentos, el juego, las habilidades sociales, la narración...", explica Paz Gonçalves.

Mañana jueves se realizará la presentación oficial de esta escuela bosque Amadahi en el castillo de Santa Cruz a partir de las 18.30 horas. En este acto los responsables expondrán su proyecto educativo y resolverán dudas de los padres interesados. Amadahi, en apache, significa "bosque de agua".