Las 29 antenas de telecomunicaciones de Arteixo están en regla. Esa es la conclusión del estudio que ha realizado el Ayuntamiento sobre las estructuras que hay en todo el municipio. "Todos los valores medidos están dentro del margen permitido por la ley y aconsejado por la Organización Mundial de la Salud", explica el informe del Concello. Con este estudio también ha verificado que estas antenas de comunicaciones cuentan con licencia.

La parroquia en la que hay un mayor número de antenas es Larín, donde hay siete en total, aunque dispersas. El monte Barbeito, en Barrañán, es el que registra una mayor concentración en pocos metros, ya que hay cinco antenas. En Arteixo también hay otras cinco. Todas están colocadas en el polígono de Sabón, menos una, que está en la central telefónica de la avenida Finisterre.

Loureda cuenta con tres antenas de comunicaciones. Las parroquias de Suevos, Morás y Oseiro tienen dos cada una. Chamín y Pastoriza únicamente tienen una antena cada una. La que más contaminación radioeléctrica produce es la antena que hay instalada en la central telefónica de la avenida Finisterre, en pleno centro de Arteixo. La medición del estudio, realizada el 16 de noviembre del año pasado, desvela que esta estructura produce 0,60 microvatios por centímetro cuadrado (el valor máximo recomendado es de 200). En las cinco de Barrañán el dato es de 0,55 en cada estructura (la medición se realizó el 11 de noviembre de 2015). La otra antena que más microvatios por centímetro cuadrado registra es la de la avenida de la Diputación, en el polígono de Sabón. Esta emite 0,26, según la medición realizada el 16 de noviembre. "En el monte Barbeito, en la central telefónica y en la avenida de la Diputación se midieron valores superiores a la media del Concello, aunque se consideran aceptable", indica el estudio del Ayuntamiento.

El edil de Obras, José Ramón Amado, señala que el Ayuntamiento contrató los trabajos por 1.000 euros a una empresa para disponer de un inventario con todas las antenas . "Queríamos tener una medición de peligrosidad y saber si las compañías pagaban", destaca. También asegura que el análisis desveló que todas estaban en "perfectas condiciones" y que ninguna superaba los valores máximos de contaminación radioeléctrica.