La Xunta ha sancionado a la empresa de catering Col-Servicol por llevar a colegios de Cambre y Culleredo menús en mal estado, con cantidades insuficientes y con barquetas que se derretían al meterse en los hornos para calentar la comida. La Consellería de Sanidade multa con 7.401 euros a la empresa, a la que rescindió el contrato el pasado mes de noviembre tras varios problemas con la comida dirigida a los escolares. La Xunta resuelve sancionar a la empresa por una infracción "grave" de las normativas en materia de "higiene" de los productos alimenticios y de "seguridad alimentaria", como detalla la propuesta de resolución del expediente publicado ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG).

El expediente abierto por la infracción de varias normas de higiene y seguridad alimentaria fue abierto después de varias inspecciones realizadas por el Gobierno gallego. En concreto, se inspeccionó una nave de la empresa ubicada en Santiago y se examinó el servicio de comedor en alguno de los colegios que sufrieron episodios de problemas con la comida en la comarca coruñesa, entre los que destacaron el cambrés Portofaro y los cullerdenses Sofía Casanova y Torrente Ballester.

La resolución del contrato a la empresa llegó el día 11 de octubre por un "incumplimiento grave y reiterado" de las cláusulas del contrato, una vez concluidas las investigaciones que habían realizado los servicios de inspección de las consellerías de Sanidade y Educación en comedores escolares de Cambre y Culleredo. La Xunta comenzó a investigar el funcionamiento del catering escolar de los centros atendidos por Servicol tras recibirse en varias ocasiones comida en mal estado, como un caldo o un puré de verduras, o cantidades de comida insuficientes, lo que provocó en más de una jornada que algunos niños tuviesen que quedarse sin algún plato o contentarse con cantidades menores de las deseadas para compartir la comida disponible.

Los problemas con los menús obligaron incluso a las direcciones de varios centros a pedir pizzas o bocadillos en más de una ocasión para dar de comer a los alumnos al comprobar el personal encargado de servir los platos que los alimentos recibidos del catering no se encontraban en buen estado. Otro de los problemas consistió en que, tras un cambio en los envases por parte de la empresa, las barquetas se derretían al meterlas en el horno para calentar las raciones.