Las calles del casco urbano de Sada se convirtieron ayer en una pequeña Venecia surcada por lanchas, barcas, piraguas y zódiac de la Guardia Civil, en la mayor inundación que recuerdan los vecinos. Este concello fue el más afectado por los anegamientos, con 200 personas que tuvieron que abandonar sus casas, pero la fuerza del agua también se dejó sentir en Oleiros, Bergondo, Cambre y Arteixo con viviendas y bajos comerciales, calles, carreteras y garajes inundados.

-Sada. Una insistente lluvia que superó en las últimas horas los 50 litros por metro cuadrado, marea alta y dos ríos "que no dieron abasto". Son las causas que, en opinión del alcalde de Sada, Benito Portela, provocaron unas "inundaciones nunca recordadas en el municipio". Las alertas se dispararon a las ocho de la mañana, aunque las primeras llamadas de alarma se registraron horas antes. Al despuntar el día, Sada ofrecía una imagen insólita: el río desbordado y la marea que no paraba de subir hasta anegar por completo el entorno de As Brañas y A Lagoa, en pleno centro de la villa. La virulencia del agua y obligó a Emergencias a recurrir a lanchas y zodiacs para rescatar a las familias atrapadas en sus viviendas y a los comerciantes y hosteleros a atrincherarse en sus negocios. El 112 cifra en doscientas las personas que tuvieron que abandonar sus casas. El Concello estima que solo cuarenta tuvieron que ser realojados temporalmente. Diez de ellas pasaron ayer la noche en el albergue de Gandarío. El Ejecutivo municipal ha habilitado plazas de alojamiento temporal y también comidas para las familias afectadas. Los daños de la inundación todavía están en el aire, pero el Concello ya avanza que solicitará la declaración de Sada como zona catastrófica para cubrir unas pérdidas que presumiblemente serán cuantiosas.

A últimas horas de la tarde y tras trabajar sin descanso los operarios municipales y de la concesionaria, las aguas parecían volver a su curso. El instituto informó a la noche que, por precaución y para evaluar los daños, suspenderá hoy también las clases. Las causas de esta insólita inundación están todavía rodeadas de incógnitas. Y las opiniones de los vecinos eran ayer dispares. Consultados por este medio, varios residentes se mostraban convencidos de que "algo había fallado" y dejaban caer la posibilidad de que la falta de previsión del Concello hubiese agudizado los daños. Otros, en cambio, apuntaban a las controvertidas obras de canalización del río realizadas hace años. "Hay cosas que nunca debieron haberse hecho", reflexionaba una vecina al abandonar su vivienda.

Varios vecinos de las calles más afectadas lamentaron además la demora del Concello en poner en marcha un dispositivo de emergencias. "Nadie echa la culpa al Gobierno de que llueva, pero tenía que haber intervenido antes. Llamamos a las tres de la madrugada para pedir ayuda, solo había un Policía Local y por aquí no vino nadie hasta las ocho. Tuvimos que dirigir los vecinos el tráfico", se quejaba ayer Mónica Vázquez, una de las afectadas, cuyas palabras fueron respaldadas por varios vecinos.

No fueron las únicas críticas. El PP manifestó ayer sus dudas de que el Ejecutivo hubiese abierto a tiempo las compuertas del paseo marítimo, aunque fuentes próximas al Concello aseguran que se dio la orden a las cuatro de la madrugada. El Ejecutivo evitó ayer polémicas. El alcalde, los ediles de Sadamaioría, BNG y PSOE se desplazaron hasta el punto para colaborar con los efectivos y conversar con los afectados. El Gobierno local agradeció a la tarde la colaboración de todos los medios de emergencias, el delegado territorial de la Xunta, Diego Calvo, y el de Educación, Indalecio Cabana, Cruz Roja y el Concello de A Coruña.

-Oleiros. El Concello de Oleiros tuvo que alquilar varias bombas de achique para poder hacer frente a las 24 emergencias por lluvias que vivieron desde las diez de la noche del martes hasta ayer a las cinco de la tarde. Operarios municipales y miembros del Grupo Municipal de Emergencias y Protección Civil además de la Policía Local no pararon de trabajar. El alcalde, Ángel García Seoane, confirmó que nunca había vivido una situación igual y destacó que el municipio no tiene grandes ríos pero multitud de regatos y riachuelos.

El rego de San Pedro fue el que más daños causó a lo largo de su recorrido desde la parroquia de Iñás hasta Nós. En esta última, en la zona de A Veiga, se produjeron las consecuencias más graves del desbordamiento, con una decena de viviendas afectadas. Todas están situadas al lado del cauce del río, canalizado pero al descubierto. "La lavadora, el cortacésped, el congelador, la calefacción... todo", explicaba el residente del número 1 de la rúa Veiga de Oleiros, en el límite casi con Cambre. El agua del río entró en el jardín, inundó el garaje y un galpón y también parte de su casa, afectando a muebles y alfombras. El agua llegó a la altura "más arriba de la rodilla". Un vecino que también resultó afectado ayudó a los demás en las tareas de achique mientras no llegaban los operarios y Emergencias, atareados en sacar el agua en otras zonas.

"Me prestaron una bomba de achique y ayudé a mi hijo en O Carballo y después vine aquí a ayudar a estos vecinos. Yo tengo 59 años, siempre he vivido aquí y nunca vi nada igual", contó José Manuel González, propietario de la empresa de extintores Segma. José Manuel también estuvo en otra casa de A Veiga, en la esquina con Salvador Allende, que también resultó muy afectada. "Yo hace treinta años que no veo una inundación igual. Alquilé una motobomba y con ayuda de un vecino, estamos sacando el agua. Esto no es normal, no llovió tanto, aquí pasó algo raro", destacaba esta vecina. Una calle más abajo, en Francisco Añón, el agua también inundó jardines y bajos. La urbanización del Pazo de Arenaza en Iñás también fue otra que resultó muy afectada al desbordarse también el Rego de San Pedro e inundar una docena de garajes de los chalés sobre las cuatro de la madrugada. Los residentes se vieron impotentes al principio mientras no llegaron los medios para sacar el agua, una solución que no se resolvió totalmente hasta las diez de la mañana. El San Pedro también anegó casas a su paso por la zona de Batán en Nós.

Las lluvias también desbordaron la laguna de Mera e inundaron la plaza, los paseos peatonales, el parque infantil y el aparcamiento público. En Santa Cruz el regato que desemboca en la playa inundó una parte del solar del Maxi y más arriba anegó también el parque y la zona infantil. También se produjeron pequeñas inundaciones junto al riachuelo en Bastiagueiro. Las caídas de ribazos fueron incontables y algunas obligaron a cortar vías.

-Bergondo. El camping de Gandarío tuvo que desalojar ayer a sus clientes en lanchas. Las instalaciones del campamento quedaron ayer totalmente anegados. Protección Civil trabajó sin descanso por los desprendimientos registrados en varias vías y el anegamiento de un par de inmuebles. Un desprendimiento provocó también el corte parcial de la circulación por el enlace de la AP-9 a Guísamo. El tráfico ya está restablecido.

-Arteixo. El temporal se cebó una vez más con Barrañán. El río Sisalde se desbordó en su tramo final y anegó cientos de metros . Una decena de casas se encontraron con el río en la puerta y varias fincas quedaron inundadas. El agua alcanzó la carretera de Caión a la altura de las paradas del autobús y obligó al Concello a cerrarla al tráfico durante todo el día, lo que no impidió que varios coches atravesasen el tramo. No fue el único problema que se registró en Barrañán, ya que hubo varios desprendimientos de tierra en la carretera hacia Arteixo. El más importante, el que se produjo en la playa de Combouzas, donde se derrumbó por completo el talud y llenó el arenal de tierra. "Ha sido el desprendimiento más grande que he visto", explica el concejal de Obras.

El polígono de Morás fue otra de las víctimas de las fuertes lluvias. Una roca rompió una tubería e inundó parte de la carretera que comunica Arteixo y Uxes. El edil de Obras señala que al lugar acudieron operarios de la entidad Xestión do Solo de Galicia (Xestur). El paso quedó cortado temporalmente y tras la intervención de los trabajadores se logró bajar el nivel del agua. El centro de Arteixo también sufrió los efectos de la crecida del río Bolaños. El paseo fluvial desde Loureda hasta Ponte do Ba quedó totalmente anegado. El nivel del agua subió tanto que obligó a cerrar la travesía de Arteixo a su paso por el río. El concejal de Obras, José Ramón Amado, asegura que se vio afectado un bajo. También señala que en Suevos un regato inundó dos viviendas y que el agua también afectó a varias viviendas en Santaia. El BNG denuncia que estos últimos daños se debieron a unas obras de canalización realizadas por el Ayuntamiento. "Lo que ha ocurrido en Santaia no había pasado nunca hasta ahora y ocurre por culpa de unas obras mal planificadas", indica el BNG. La autopista que une A Coruña y Carballo (AG-55) tampoco se libró de los efectos de la lluvia. Hubo un desprendimiento por la mañana a un kilómetro del viaducto de Loureda. Los operarios tuvieron que cortar un carril porque el barro invadió la calzada.

-Cambre. El desbordamiento del río Gandara obligó a cortar la carretera del polígono de O Temple, donde se formó una importante balsa de agua a la altura de A Seara y bajo el puente de la autopista AP-9, y ocasionó problemas en el tráfico y retenciones en la carretera de Cambre a O Temple, a la altura del Portofaro. El río Mero se desbordó y anegó de nuevo media docena de viviendas. En Bribes, el desbordamiento del río Brexo obligó a cortar el puente de O Mosteiro, al superar el nivel del agua la altura de la vía en esta conexión.

-Culleredo. Las abundantes lluvias provocaron el desprendimiento de numerosos taludes en O Burgo, Cornedo, San Cosme o Donepedre y la caída de un árbol que fue necesario cortar en Sueiro. Los desbordamientos de ríos como el Valiñas obligaron a cortar carreteras en varios puntos, como junto a la iglesia de Veiga o en la vía que une Celas y Castelo, y un camino en Cillobre. En San Fernando, una casa sufrió la entrada de agua.

-Betanzos. Por una vez, Betanzos fue uno de los concellos que menos daños registró por las inundaciones. Una de las zonas más afectadas fue Viladesuso. El desbordamiento del río provocó inundaciones que obligaron a intervenir a Protección Civil. Desprendimientos de tierra y de árboles provocaron también el corte temporal de algunas carreteras. También se registraron inundaciones en la carretera provincial de Guiliade a Guísamo.