Las aguas volvieron ayer a su cauce en Sada y dejaron al descubierto un panorama desolador tras las inundaciones. Contenedores cargados hasta los topes de bienes inservibles flanqueaban las puertas de los comercios y viviendas de la zona afectada por una inundación que todos en esta villa marinera tachan de histórica.

Electrodomésticos, muebles, ordenadores, diarios, libros, ropa se amontonaban ayer a la mañana en el interior de los hogares y los establecimientos de As Brañas y A Lagoa. Los propietarios, haciendo de tripas corazón, pasaban la fregona o baldeaban pacientemente el agua bajo los focos de los innumerables medios desplazados a un barrio que intentaba recuperar a duras penas la normalidad.

Fue una mañana de inusitado trajín. Y también de muchos, muchos lamentos. Los operarios se afanaban por achicar el agua de los aparcamientos subterráneos y limpiar las carreteras, todavía embarradas. Las grúas se afanaban en retirar de la vía los coches averiados. Y los afectados trataban a duras penas hacían balance de las pérdidas.

A muchos les costaba contener las lágrimas. Otros, sucumbían en el intento. "Tengo que tirar con todo, no pude salvar nada", se lamentaba entre sollozos una empresaria. Todavía es pronto para estimar el importe de los daños, pero las historias de los pequeños naufragios dan cuenta de sus dimensiones. "En este negocio hay invertido mucho dinero y mucha ilusión", relataba ayer Nieves mientras mostraba el interior del negocio que abrió el pasado año y que ayer ofrecía una imagen desoladora: "Tuve que pedir un préstamo, aquí hay mucho dinero invertido y lo he perdido ¿Qué hago ahora? ¿Pedir otro préstamo?". O Anabel, la propietaria del solarium Sadasol, que ayer hacía recuento desolada de las pérdidas. Entre otras, todas las máquinas y la base de datos con sus más de 3.000 clientes y estima que las pérdidas rondarán los 180.000 euros. "Siento una impotencia total, no tengo ni idea de cuándo podremos volver a abrir", lamentaba.

Similares preguntas a las que de todos los afectados, que dan por hecho que no podrán recuperar lo invertido. La mayoría deberá tramitar sus reclamaciones en el Consorcio de Compensación de Seguros, pero ignoran cuándo y cuánto cobrarán. Representantes municipales, provinciales y autonómicos recorrieron durante todo la mañana la zona afectada para valorar in situ el alcance de los daños y ofrecer su colaboración a los afectados. Y también para aguantar el chaparrón de reproches de muchos de los vecinos que, ayer, manifestaban abiertamente sus dudas sobre la gestión de la catástrofereproches . Once personas pasaban ayer su segunda noche fuera de casa en habitaciones facilitadas por el Concello.

Y mientras los afectados por las inundaciones en Sada se afanan por recuperar la normalidad, la localidad entera se pregunta ¿qué pasó?. El ingeniero de Infraestructuras del Concello de Sada, Valentín Merina, analiza las posibles causas de las inundaciones y nos ofrece algunas claves en esta entrevista: "El urbanismo de los últimos 70 años en Sada favorece estas inundaciones".