El agua les despertó de madrugada. Y poco pudieron hacer para salvar sus muebles y electrodomésticos. José y Marta viven desde hace dieciséis años en un piso de As Brañas y no recuerdan un episodio similar al registrado el pasado miércoles. "Hemos perdido entre cuatro y cinco millones de las antiguas pesetas", relataba ayer José mientras mostraba el interior de la casa. La humedad en las paredes permitía ver la marca de casi un metro de altura y los daños eran más que visibles: los electrodomésticos amontonados en la cocina inservibles, el suelo de parqué, todavía húmedo, el ordenador, en una esquina, y montañas de ropa todavía . Esta familia, que se aloja temporalmente en el albergue de Gandarío, cree que el Concello pudo actuar de forma "negligente". Como otros vecinos de la zona, sospechan que el Concello no tomó las medidas necesarias a tiempo.