El bar A Lagoa fue uno de los más afectados por la crecida que el pasado miércoles anegó por completo la zona de As Brañas. Una de sus propietarias, que reside en la zona, no conseguía explicarse lo sucedido. "Vivo aquí desde hace 46 años y nunca había visto algo así", relataba ayer a consulta de este diario. Es incapaz de hacer una estimación de los daños del local. Y tampoco sabe cuándo podrá reabrir las puertas. Y duda de las razones aducidas por el Gobierno local para explicar la catástrofe. "Ha llovido más otras veces y es cierto que no es la primera vez que nunca había pasado esto" sostenían ayer los propietarios de este establecimiento, entre el asentimiento de otros propietarios de negocios de la zona. La mayor parte no se enteraron de lo ocurrido hasta la mañana del miércoles, al acudir a abrir sus respectivos establecimientos. "Nadie nos avisó de nada", lamentan.