La fotografía de Gabriel Tizón de una balsa llena de refugiados que huyen de la guerra en la zona de Lesbos, recortada, pegada a un soporte y anclada al fondo del mar en la playa de Santa Cristina, es desde ayer el recuerdo permanente de la necesidad de ser solidario. Esta es la forma en que el Concello recuerda a Europa el drama de estas personas. Ayer se inauguró esta foto-escultura ante un centenar de personas.