Miles de bolsas de plástico y de toallitas húmedas (en el agua están más húmedas, pero no son biodegradables), trozos de polispán, fragmentos de muebles de madera y de metal, salvaslips, varios palés, prendas de ropa y calzado, una pancarta de las que se cuelgan en los puentes para anunciar que una pareja se casa o un buen número de pelotas de tenis. Todo esto está dentro del río San Pedro o en sus orillas después de la gran crecida que registró tras las lluvias torrenciales del pasado 30 de marzo, un episodio que generó inundaciones en habitaciones, garajes, jardines y galpones de una decena de casas del entorno de A Veiga en la parroquia de Nós.

Algunos vecinos de este lugar ya han manifestado la necesidad de limpiar el cauce de este río después de las inundaciones que elevaron el nivel del agua en más de un metro de altura. Un residente destaca que además de inundarse las casas con el agua del río, la fuerza de este afluente llegó a levantar las tapas de las alcantarillas de saneamiento situadas justo en el borde del cauce a lo largo de su itinerario, al menos en el tramo desde donde se ubica el lavadero, junto a la rotonda donde se cruzan la avenida Salvador Allende y las calles Giner de los ríos y rúa da Gaita. Unos metros más arriba del lavadero se puede ver aún una alcantarilla con la tapa movida y la hierba de los bordes levantada, y algún resto del desbordamiento como un salvaslip. La presencia de toallitas húmedas y de las desmaquillantes también deja en evidencia el desbordamiento de las tuberías de fecales, ya que estos restos se suelen arrojar al wáter (en lugar de meter en la bolsa de basura).

Esta zona de Nós que es limítrofe con Cambre tiene en sus calles nombres reveladores, A Veiga y rúa Lameiro, que dejan constancia de la más que factible posibilidad de inundarse. El Plan de Xestión de Risco de Inundación aprobado hace unos meses por la Xunta sin embargo se olvida de esta zona a la hora de prever un peligro de anegamiento.

El Gobierno gallego marca como posible área de inundación el entorno del San Pedro pero aguas abajo de A Veiga, ya en la zona de O Temple (Cambre) donde el río discurre entubado por debajo de los edificios de viviendas (donde admite que la tubería es de "reducida capacidad").

Asegura en este documento que aguas arriba, hacia A Veiga, si hubiese un desbordamiento solo afectaría a "parcelas no urbanizadas", olvidándose de la docena de casas que se construyeron justo al borde del río, que en este lugar está encauzado pero no entubado y solo unos muros lo separan de las parcelas de las viviendas. "Creo que lo que ha pasado ya deja claro que sí es una zona de riesgo", comentó un vecino. El río va encajonado tras bajar del lavadero y forma una frontera que separa una finca de otra a lo largo de unos trescientos metros de cauce.