Vecinos de Curtis han presentado un escrito al Concello para reclamar que intermedie con la Xunta para que prolongue una senda peatonal que discurre en paralelo a la carretera AC-840 y que finaliza abruptamente a la entrada del municipio. Los residentes denuncian que pese a tratarse de un tramo muy transitado que atraviesa el núcleo urbano y que conecta con el cementerio parroquial, el Gobierno gallego sigue sin marcar un plazo para ejecutar las obras. La reclamación no es nueva. El Concello presentó la primera solicitud en 1999.

"La senda comienza en Vilasantar, en la frontera con Curtis, pese a que el tramo que atraviesa nuestro núcleo es mucho más transitado", lamentaba ayer a consulta de este diario una de las afectadas. Los residentes, que se plantean emprender una campaña de recogida de firmas, advierten que la ausencia de una senda provoca situaciones de peligro entre los transeúntes. "Tiene un arcén muy justito y por esta zona pasea mucha gente mayor", alerta Concha, una de las vecinas perjudicadas por la ausencia de un camino seguro.

El Concello comparte las quejas de los residentes. En un encuentro reciente, el alcalde, Javier Caínzos, trasladó al delegado territorial de la Xunta, Diego Calvo, la necesidad imperiosa de habilitar una senda en paralelo con la AC-840, una vía con una importante afluencia de tráfico. Se trata de un tramo de dos kilómetros en cuyo alrededor viven 300 vecinos. El Ejecutivo incide en que se trata de un vial muy utilizado, no solo por los residentes en el municipio, sino también por los vecinos de Oza-Cesuras, Mesía y Vilasantar que acuden a Curtis a realizar sus gestiones. "El Concello lleva años pidiendo esta mejora", explican desde el Gobierno local, que lamenta que la única zona peatonal fue ejecutada por el Ayuntamiento con fondos propios.

El Ejecutivo y los residentes afectados hacen hincapié en el riesgo que acarrea no disponer de una senda, especialmente en los días de niebla. Los afectados y el Concello apelan además a la peligrosidad que se deriva de carecer de la falta de un paso seguro en el acceso al cementerio parroquial, y también de tramos muy inseguros por la estrechez del arcén. El delegado territorial se ha comprometido a estudiar la reclamación, pero las obras siguen sin fecha.