El Ayuntamiento de Culleredo abrirá expediente de ruina a la fachada del edificio de Fonteculler que el pasado miércoles sufrió un desprendimiento y a la del edificio contiguo, de la misma construcción. El Concello ordena iniciar los trámites para declarar ruinosas las fachadas tras comprobar un deterioro en los revestimientos y exige medidas para evitar más desplomes. La Policía Local ha acordonado los dos inmuebles y eliminado las plazas de aparcamiento cercanas ante el riesgo de que se produzcan nuevas caídas de cascotes en la zona, donde el miércoles se desprendieron unos 15 metros cuadrados del revestimiento de una fachada, que dañó dos vehículos, aunque se saldó sin daños personales.

El Concello se reunirá hoy con la presidenta de la comunidad de vecinos de los inmuebles para detallarle los resultados de la inspección municipal y explicarle las actuaciones que, según los técnicos municipales, deberían acometerse para subsanar las deficiencias en la fachada y evitar la caída de más cascotes a la vía pública. En este caso, son los propietarios de los edificios quienes deben hacerse cargo de las reformas que resulten pertinentes, al tratarse de propiedades particulares. El Ayuntamiento insta a los dueños de las viviendas a actuar de forma "inminente" ante el "riesgo" de nuevos desplomes por el mal estado de los revestimientos.

Tras varias visitas a los edificios, el arquitecto municipal detalla en su informe que "el revestimiento de las fachadas se encuentra deteriorado, con abombamientos, y sin elementos fiables de sujeción a la fachada en sí", según traslada el Ayuntamiento. Las lluvias registradas en las últimas semanas podrían haber sido el detonante de los daños en los revestimientos, que presentan "riesgo de caída", señala el Concello.

La Administración municipal brinda su asesoramiento y colaboración a los vecinos, aunque aclara que no se hará cargo del coste de la obra. Avanza que realizará un seguimiento continuado del estado de las fachadas de los inmuebles "para velar por la seguridad ciudadana". Por ahora, la Policía Local ha acordonado los dos inmuebles con el objetivo de evitar que los transeúntes pasen por debajo de las fachadas afectadas, medida que no impide a los residentes acceder a sus viviendas.