La Xunta notificó el pasado lunes al Ayuntamiento de Oleiros que procediese al "inmediato cese temporal de la actividad" de una panadería ubicada en la parroquia de Iñás, al borde de la carretera N-VI, después de detectar deficiencias sanitarias muy graves. El alcalde, Ángel García Seoane, confirmó que el informe de Sanidade era "tremendo", de tal forma que era necesario "cerrarla de cuajo". Aseguró que la Policía Local acudiría a clausurarla y no se reabriría hasta que "arreglen las deficiencias".

Al parecer los inspectores se encontraron con que los propietarios actuales no contaban con licencia para fabricar pan, solo para hornear, y en cuanto a las condiciones higiénicas hallaron varias deficiencias.

La Policía Local recibió ayer la orden de proceder a este cierre. Ayer a las 13.30 horas aún estaba abierto este despacho pero tras ser preguntados los dos empleados por la inspección sanitaria y la clausura, que afirmaron conocer, colgaron un cartel de cerrado y así quedó la puerta de entrada.

El propietario (que vive a escasos metros) posee otras panaderías de la misma cadena en Mera y Santa Cruz y una cafetería en Santa Cristina, aunque al parecer este cierre no afecta ni tiene nada que ver con estos negocios. Al parecer ya se le había requerido en otra ocasión que corrigiese las deficiencias.

"No vale la pena que vengan a cerrarla porque ya van a cerrar los dueños, hoy [por ayer] ya era el último día de la chica [la empleada]", destacó una mujer que trabaja en la vivienda de los propietarios, y que explicó que no estaban en casa.

"Llevo cincuenta años cogiéndole el pan y nunca he notado nada raro, al contrario, el pan está divino de la muerte" señalaba ayer una vecina de avanzada edad que reside justo frente a esta panadería.

Los propietarios tienen alquilado este bajo donde elaboran pan desde hace unos cuatro años aunque antes ya fue también panadería.