Las intensas lluvias que el pasado 30 de marzo anegaron gran parte del casco urbano de Sada también causaron daños en la autopista AG-55 entre A Coruña y Carballo. El agua causó desprendimientos de tierra y piedras en dos tramos, uno junto al puente sobre el valle de Loureda (Arteixo) y otro más importante en el kilómetro 20 a la altura del municipio de A Laracha (sentido A Coruña). En este último caso el corrimiento de tierra y el peligro de que siguiese cayendo al ser un sustrato muy blando hizo que Autopistas optase por ejecutar un muro de contención de unos cinco metros de altura.

Los tres primeros metros de este muro se han ejecutado con bloques de piedra para sostener el terreno. Los operarios trabajan en la construcción de este muro casi desde el día del desprendimiento (unos veinte días) y actualmente está casi terminado.

La ejecución de este talud para garantizar la seguridad de los conductores obliga a tener un carril cortado al tráfico a la altura de esta zona de trabajo. Varias señales de obra de color amarillo advierten a los conductores, dos kilómetros antes, de esta restricción de tráfico.

En la zona de Loureda también se produjo una caída de tierra sobre la calzada de la autopista el pasado 30 de marzo, que la convirtió en un barrizal y un riesgo para los vehículos, aunque Autopistas envió a operarios a limpiarla el mismo día, además de afianzar el talud, aunque solo compactándolo, sin construir ningún muro de contención.