Cuatro de los concellos con población más envejecida de la comarca, solo superados por Vilasantar, han unido fuerzas para solicitar un centro de mayores conjunto. Se trata de los concellos de Aranga, Irixoa, Monfero y Vilarmaior, cuatro ayuntamientos aglutinados en la comunidad intermunicipal Lambre-Mandeo para compartir servicios y ahorrar costes.

Los cuatro municipios suman 6.665 vecinos, de los que 2.412 tienen más de 65 años. La edad media ronda los 54 años, casi diez puntos por encima de la media coruñesa, y el índice de envejecimiento, en el peor de los casos, el de Aranga, alcanza los 486 mayores de 65 años por cada cien menores de 20 años, tres veces más que la media coruñesa (146,5).

El alcalde de Vilarmaior, Carlos Vázquez (PP), defendió ayer la necesidad de contar con una instalación de atención a los mayores para cuatro concellos especialmente envejecidos. Los ayuntamientos todavía no han fijado el lugar en que debería levantarse el equipamiento, aunque a priori se decantan por Irixoa, al ubicarse en un punto intermedio.

Centros de día cerrados

La demanda de nuevos centros de día en la comarca contrasta con la tardanza de la Xunta en poner en marcha los equipamientos ya construidos. El Gobierno gallego mantiene cerrados los dos únicos locales de mayores públicos de la comarca betanceira, los de Curtis y Miño. El Concello de Curtis ha reclamado insistentemente al Consorcio de Benestar que abra el centro de día construido ya en 2012 y que sigue cerrado pese a que la Xunta ya lo ha dotado de mobiliario y ha gastado, en total, cerca de un millón de euros. Este equipamiento debería dar servicio también a Vilasantar, el concello con la tasa de envejecimiento más alta de toda la provincia.

La Xunta sigue sin fijar una fecha en el calendario para la apertura del centro de mayores de Miño, ejecutado en 2009 con fondos del Plan E. El Concello dedicó más de medio millón a habilitar el espacio en la Fundación Rita Ramos.