Dos buzos de trabajo sucios, tiras de cinta policial, botellas de agua vacías, cajas de cartón, plásticos, papeles de periódico usados para limpiar, tubos, hierros, tablones, restos de espuma de poliuretano, alguna cajetilla de tabaco vacía... Así se encuentra ahora todo el entorno de la exgasolinera de Santa Cruz después del desmantelamiento realizado por el Concello de Oleiros tras revolcarle la licencia el pasado mes de enero.

Vecinos de la zona demandan que se limpien estos restos por "higiene" y también porque hay elementos que podrían causar daño a algún niño que se acerque, como hierros y remaches, y el acceso es muy fácil. Destacan también el "efecto llamada, al haber basura se arrojará más basura" encima. Piden que se "valle mejor" este entorno hasta que se haga la rotonda.

A la antigua estación de servicio le arrancaron todas las chapas exteriores y de la cubierta además de eliminar los surtidores y los depósitos y la oficina está totalmente cerrada. Alrededor se instalaron vallas para impedir que se acerquen los viandantes pero nadie se preocupó de limpiar el espacio entre dicho vallado y el desmantelado inmueble.

Los obreros que realizaron los trabajos de desmantelamiento dejaron en el lugar todo lo que utilizaron y creyeron que no necesitaban, como restos de tareas de limpieza e incluso los buzos con los que realizaron las tareas, algunos llenos de restos de hidrocarburo y aceite.

En un lateral de la que hasta hace poco fue la gasolinera de Santa Cruz aún están sin recoger los bidones llenos de los lodos recogidos en la limpieza de los tanques. Detrás también permanecen aún bastantes bombonas de butano de Cepsa, la compañía que suministraba a esta estación de servicio que tenía alquilada la empresa Taula.

El Concello inició los trámites para expropiar estos terrenos al pretender ejecutar una rotonda en este lugar para dar fluidez al tráfico.