Concepción Fernández Torices, Conchi para sus alumnos, es una de las maestras más veteranas de la comarca. Lleva 20 años como directora de la escuela unitaria de Coirós de Arriba y ha vivido en primera persona dos crisis que casi culminan con el cierre de las escuelas infantiles de este pequeño pueblo que ha logrado reflotar un modelo educativo en declive en la comarca. Solo durante el último lustro han echado el cierre las escuelas de Souto (Paderne), Fonte Moura (Cambre), Herves (Carral) o Perbes-San Xoán (Miño). Y ahora es el Concello de Pontedeume el que hace un llamamiento a los vecinos del municipio y de los limítrofes como Miño para intentar salvar la escuela .

¿Cómo un pequeño concello como Coirós ha logrado mantener sus dos unitarias? Conchi lo tiene claro. Esta maestra sonríe al recordar la implicación de padres, Concello y vecinos para evitar el cierre de la unitaria de Fontelo. La comunidad educativa al completo se volcó para evitar que la Xunta echase el pestillo al centro. Una crisis muy similar a la que vivió la escuela unitaria de Coirós hace siete años y que también fue superada gracias a la implicación de la ciudadanía. "Cuando llegué eran unos 20 alumnos, pero fueron bajando hasta llegar a siete en 2008", recuerda esta maestra, que defiende un modelo de educación singular, vital para fijar población y para estrechar lazos entre la comunidad. "Hay que mantener las unitarias, hay que darles una oportunidad. Un pueblo que pierde una escuela, pierde un poco de vida", incide esta profesora, ferviente defensora de un modelo que permite, a edades tempranas, hacer realidad el proverbio de que para educar un niño es preciso toda una tribu.

La apuesta de los padres por la escolarización en infantil (de 3 a 6 años) en estas escuelas ha resultado vital para su pervivencia. El bajón de matrículas que sufrió la E.E.I de Coirós de Arriba 2008 disparó todas las alertas, pero solo un curso después eran diez alumnos. Y de ahí en adelante han conseguido mantenerse : 14, 20. 11, 14, 15. El próximo curso serán 22 y 12 en la de Ois. Y para el siguiente prevé un boom. Esperan 31. Y es que en Coirós, como en todos los pueblos de escasa población, los embarazos dan pie a una celebración colectiva. Y todos llevan la cuenta.

La llegada de parejas jóvenes a Coirós, la implantación de transporte gratuito o la fluida relación con el Vales Villamarín que da servicio de comedor a los alumnos son algunos los motivos que explican la remontada de estas escuelas. Entre las ventajas que ofrece este modelo, Conchi destaca tres. La atención individualizada; la convivencia niños de tres, cuatro y cinco años, que permite un aprendizaje cooperativo, poner en práctica la ayuda y solidaridad. Y, sobre todo, la "cercanía" entre toda la comunidad educativa. "Se crean vínculos muy próximos", destaca esta maestra. Y su labor parece haber echado raíces. Uno de sus exalumnos, Daniel Vidal, se matriculará en Magisterio. Su deseo, confiesa, tomar el relevo de Conchi en la escuela.